Días grises

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-Mamá, mamá ¿ya te sientes mejor? ¿podemos regresar a casa?

-Tranquila Noelle, pronto me sentiré mejor e iremos a casa con tus hermanos

~♧♡♧♡♧♡♧♡♧♡♧~

Recuerdo que fui muy feliz cuando mi madre dijo eso pero ahora ese recuerdo solo me llena de tristeza

-Ahora todos mis días son negros...

Asi es, yo soy aquella niña, mi nombre es Noelle Silva, acabo de cumplir la mayoria de edad y fui desalojada de la casa donde pase mi horrible niñez. La decisión fue tomada por mis dos hermanos mayores, Solid y Nebra Silva; a Nozel, el mayor de todos, no le importo mucho asi que no interfirio. Todos mis recuerdos con ellos son dolorosos, siempre se empeñaban en lastimarme o humillarme, desde jalar mis cabellos hasta tirar mi comida encima mio; una de las peores cosas que hizo Solid fue romper uno de mis peluches mientras decia que era una inútil y que no podia defender las cosas que eran importantes para mi y es cierto, nunca hice nada para detener sus golpes o las burlas de Nebra, o lo peor de todo... Nozel, el nunca me puso un dedo encima; sin embargo, el es el que más me hiere porque se que dice la verdad...

-Yo maté a mi madre...

Una sensación en mi abdomen me saco de mis pensamientos; era mi estomago gruñendo, despues de todo, he estado vagando por la ciudad desde hace horas sin haber comido y lamentandome por mi desafortunada existencia

Caminé sin rumbo fijo un rato más y me tope a un hombre con cuatro niños y un bebé en brazos que estaba pidiendo limosnat; lo lógico seria seguir de largo o darle un par de monedas e irme, pero no puedo ser indiferente ante la desgracia de este hombre o de sus pequeños. Saqué mi cartera, busque el billete de mayor valor que hubiera dentro y discretamente se lo di al padre de familia, que dicho sea de paso se sorprendio por la cantidad de dinero que le habia dado

-M-muchas gracias señorita. Que Dios la bendiga ¡niños! vengan a agradecerle a la señorita

-No es nece...

-Muchas gracias señorita - exclamaron los 4 niños al unisono

-Es muy amable y bonita - menciono la unica niña de la familia

-Gracias por los cumplidos, pero ya me tengo que ir - respondí para retirame luego de el pequeño escandalo que armaron los niños

Proseguí con mi caminata hasta que llegue a un bar llamado "The Black Bulls"; no parecia un lugar apropiado para alguien de mi estatus, pero tomando en cuenta que no tengo empleo y ahora dependia de la generosidad de mis hermanos con respecto al dinero que me envíen no podía ser demasiado exigente asi que decidí entrar, comer algo e irme; tan facil como entrar y salir

O eso creí; ya que comencé a frecuentar el lugar, la razon principal era porque los precios eran baratos, quedaba cerca del horrible departamento que rentaba y me gustaba el ambiente, ademas el mesero que me atiende siempre me sonrie amablemente y debo reconocer que es algo lindo... d-digo peculiar

Como ya era costumbre, entre discretamente para no llamar demasiado la atencion, aunque no fue del todo necesario, ya que ninguna las personas que estaban adentro se dieron cuenta de que habia ingresado

-Es mejor así - pensé, mientras examinaba a las personas que llenaban el local día tras día

Lo primero que captó mi atencion fue un chico con pinta de maleante que le gritaba a otro recriminandolo por robarse su comida o algo asi, luego vi a una mujer con ropa muy provocativa bebiendo alcohol mientras le pedía a un hombre en la barra que la acompañara, más adelante estaba una chica de estatura baja que se atiborraba de comida y le invitaba un cupcake a un pelirrojo con una mascara muy fea, luego noté a tres personas que estaban sentadas en un rincon del local, un chico que estaba haciendo una videollamada con una niña, un hombre muy pálido con grandes y ocuras ojeras que estaba murmurando algo y una mujer que ocultaba su cara con sus manos y por ultimo un chico que parecia estar en una cita con una chica obviamente

¡Ámame plebeyo! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora