Regreso

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   ¿Dónde estaba? Sentí la suave cama debajo de mi. Levanté el brazo notando la intravenosa en él.

    ¿Qué pasó?

   Un destello de recuerdos invadió mi mente. Me tensé.

   ¿Cómo terminé aquí?

  Lo último que recuerdo es al director Hutson y al profesor López preguntándome sobre el incidente, un mareo repentino...

    Moví mi cabeza a un lado para explorar mis alrededores. Delante, en un sofá, mamá dormía. Sentí la puerta abrirse.

   Papá estaba allí, hacía tiempo que no lo veía. Detrás de él Annie, su esposa, se muestra preocupada por mi situación.

    –¡Pequeña, estás despierta! – papá prácticamente corrió hacia mi.

    Mamá abrió los ojos lentamente y al darse cuenta de mi estado imitó a mi padre.

   –¿Mi niña, cómo te sientes? – mamá pasó su mano por mi cabello corto – ¿Quieres algo? _ Negué con la cabeza.

   –Aurora, voy a avisar al doctor.

   Mamá asintió dándole la razón a papá. Annie estaba aún en la puerta así que la invité a entrar. Mamá sonrió y se hizo a un lado.

   Mis padres terminaron en buenos términos. A veces discuten por banalidades pero la mayoría del tiempo están bien. Annie mantiene una buena relación con mi madre.

    –Thalassa, no se si esto pueda ayudar a subirte los ánimos pero Rachel empezará a estudiar su carrera en Cranbell. Hace poco volvió de Corea, decidió regresar para estudiar junto a ti.

     Rachel es la hija de Annie, mi mejor amiga y hermana. Nos conocimos desde que tengo nueve y ella ocho. Rache está estudiando en Corea, yo le enseñé el idioma. Su carrera es medicina. No pensé que se separaría de su país soñado.

    Sonreí ampliamente hacia Annie, si, esta noticia mejora mucho mi estado de ánimo.

    En pasos levemente apresurados un doctor y una enfermera hicieron acto de presencia. El doctor Jefferson, así dice en su bata, se acercó a revisar mis ojos y signos vitales.

    –Todo parece estar en orden – sus palabras relajaron de forma notable a todos –. Señorita Zéphyros, debo decirle algo muy delicado. Necesito que esté tranquila.

   La angustiosa mirada de mamá se desplazaba de mi a mi padre. Estoy asustada, no sólo yo, todos en esta habitación. La mano de Annie acaricia el brazo de mi padre tranquilizándole.

     –Señorita, lamento decirle que perdió a su bebé, el golpe que recibió...

    Dejé de escuchar.

     Mi bebé, yo lo quería, acababa de conocerlo pero pensar que tenía un ser creciendo en mi interior me daba fuerzas.
   
   Mamá no sabía que estaba embarazada. La mano que acariciaba mi pelo quedó estática. Sentí su mirada de reprobatoria pero se suavizó al ver mis ojos.

    Me arrancaron la pequeña vida que había decidido amar.

    –Fue por consecuencia, un aborto espontáneo.

Sus últimas palabras lo hicieron más real.Tengo la vista nublada ¿Cómo siquiera tengo lágrimas aún?

    Mis padres me abrazaron, no sabían, aún así, sufren conmigo.

    Los días pasaron y fui dada de alta. Antes el señor Hutson me visitó. Los acontecimientos fueron aclarados. Liliana y Abel fueron expulsados. El director preguntó sobre mi disposición para demandarlos. No quería más problemas y mis padres no saben del todo lo que pasó en la universidad. Decidí dejarlo así.

CicatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora