48 (98)

1.7K 245 96
                                    

La castaña estaba frustrada: acostada, con la mirada fija al techo blanco de su cuarto. El mensaje doloroso que le había mandado su novia era la causa de que la joven ni siquiera tenga ganas de levantarse de la cama.

"No puedo así. Lo siento" 

Un mensaje corto, sencillo, claro, y más que nada; doloroso. 

Con su novia habían pasado bastante cosas. Tantas, que hasta parecía una novela. Y Mina se ponía pensar si el próximo capítulo sería un final doloroso. 

Ella no querría terminar con Chae-Young y menos por su madre. Myoui ya era una adulta responsable ¿En serio tendría que aguantar que su madre controle su relación?. Mientras contemplaba el blanco de su techo, le seguía sonando estúpido que siendo tan grande tenga obstáculos por su progenitora, ¡Hasta sus abuelos aceptaron! Y eso que son más mayores, entonces ¿Qué le costaba a su madre amoldarse a la real Myoui Sharon Mina? A la chica que le gustan las mujeres y es feliz siendo así. 

Mientras Mina se adentraba más a sus pensamientos, se podía notar cómo las mejillas tornaban a un color carmesí y sus ojos poco a poco se iban brillando, a punto de sacar lagrimas. 

Aún recordaba cuando no tenía ninguna intención con aquella joven de baja estatura. Se había instalado esa "tonta" aplicación y de un día para el otro, se topó con lo que hoy sería el amor de su vida. Le costó tomar confianza con esa muchacha, aún así, puso voluntad propia para darle una oportunidad a Chae-Young con la confianza, y tomar su mano. Al día de hoy, seguía pensando que fue la mejor decisión que pudo tomar siendo una adulta. 

Esa chica, que al principio no le generaba nada, ahora era su todo. Poco a poco, y ni siquiera la propia Mina podría explicarlo, pero empezó a llamarle la atención. Ni Ye-Ji, Kun, Momo, o hasta inclusive Bambam, pudieron contra el amor de ellas dos. Hubo problemas, decepción, alejamiento, persona en medio, pero nadie ni nada parecía vencer a estas dos chicas.

Hasta que la madre de Mina apareció.

Sus puños iban entrecerrándose más y su vista cerrada con fuerza; sabía que tenía que controlarse, pero le era algo inevitable. 

Se levantó rápidamente, con sus ojos cristalizados y cabellos alborotados, y se dirigió hacía el cuarto de su madre. Al llegar, tomó aire y tocó la puerta, esperando a que ésta le abrase, pero no hubo respuesta. Últimamente la mayor con su hija mantenía demasiada distancia, y quizá, sabría que la que estaba del otro lado de la puerta era ella y no tenía interés en tener algún dialogo con su propia hija.

— Mamá está en la cocina. — Mina giró, encontrándose con su hermano. El joven inmediatamente hizo una mueca de preocupación al ver el estado de su hermana. — Minari, ¿Que sucede?

- . -

La joven Chae-Young estaba en casa de su mejor amiga junto a su otra compinche, Tzu-Yu.

El trío estaba devorando unos snacks con la mirada concentrada en el televisor. La novela favorita de ellas había empezado. Chae en ese preciso momento estaba feliz. Por fin, luego de meses, estaba viendo aquél drama junto a sus dos chicas. Y a decir verdad, eso le hizo que la cabeza no pensase en Mina y en aquél mensaje que le habría mandado a la mañana.

— Chae unnie... — Escuchó que dijo la menor de todas. La nombrada la miró de reojo, con una sonrisa de oreja a oreja, pero lo siguiente fue lo que hizo que su sonrisa se borrase de inmediato. —: ¿Te encuentras bien?

— Ajá, ¿Por qué lo dices? — Le respondió sin muchos ánimos.

— Estás muy callada...

— S-supongo que e-es porque quiero prestar atención a la novela, Tzu.

— Cuando tartamudeas no es buena señal. Además, te conozco unnie ~ Pero, también sé que si no lo has dicho, es porque no quieres hablar del tema. — Esas palabras captó la atención de las dos chicas. Da-Hyun, quién estaba en el medio, decidió opinar.

— Chae, ¿Qué tienes?

La joven nombrada suspiró pesadamente. No tenía ganas de arruinar el momento; hace demasiadas semanas esperaba un día perfecto cómo el que estaba ahora mismo. 

— Chicas, ya basta. — Soltó seriamente. Las dos compinches tragaron en seco al oír esa voz tan gruesa y friolenta. Asintieron de inmediato, y nuevamente el televisor captó la atención de todas.

- . -

La mujer se encontraba picando unas cebollas en la cocina. Había ambientado el lugar poniendo música de los años 90'. Hoy tenía ganas de hacer una comida bien elaborada que había visto por Internet. 

— No puedo así, lo siento. — Fueron las palabras que hizo dudar por un segundo a la mujer y que se diera vuelta, viendo a su hija menor con unas maletas encima.

— ¿Qué estás haciendo? Deja de tonterías y ya pon tus cosas en el cuarto. Pronto comeremos. — Dijo, casi ignorando la presencia de ésta.

— En realidad, son tus cosas. Entré a tu cuarto y me tomé las molestias de hacerte las maletas.

— Deja de decir estupideces. — Espetó. Sin darle más importancia, siguió con la cebollas.

— Es mi casa, y estoy diciendo que no quiero tenerte aquí. — Se mantuvo firme, haciendo que su madre deje de cocinar y la mirara firme a los ojos. Aun así, Mina había tomado demasiado valor para hacerle frente a su progenitora. —: Te daré dinero e irás mientras a dormir a un hotel, hasta que pueda conseguirte un lugar. De mientras, no te quiero en mi casa. 

— ¿Y por qué? Si puedo saber. Es tan inhumano de tu parte echar a tu propia madre de tu hogar.

— Porque decidí que Chae-Young y yo viviremos tranquilas. No quiero ningún obstáculo de por medio... Vete. El taxi te espera. 


rose.apk || MiChaeng [Line: Media Social]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora