𑁍30

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Changbin iba a perder la cabeza. 

A su departamento... ¿Pero en qué demonios estaba pensando? ¿Era idiota? Aparentemente sí. Llevar al pelinaranjo altamente peligroso a su morada, era un error, que no habría cometido si no hubiese sido por la expresión decepcionada de Felix cuando insinuó que debían separarse. Había flaqueado tan pronto los ojitos bonitos de Felix le miraron, como si estuviesen diciendo "no me dejes", y antes de que pudiera reaccionar, se hallaban subiendo por el ascensor de su edificio. 

Era confuso, muy confuso en realidad. Una parte de Changbin—la sensata— quería ayudar a Felix a conseguir novio, pues aquello era lo que inicialmente habían decidido; y había estado dispuesto a cumplir. Sin embargo, la otra parte —la egoísta, la que le nublaba el juicio— quería guardarse a Felix en el bolsillo de la chaqueta. 

Era consciente de que era bastante jodido, considerando que sus sentimientos por Seungmin persistían; mas no era algo que pudiera evitar. Felix poseía un poder gravitatorio que mantenía a Changbin en órbita y aunque a veces trataba de zafarse, la atracción acababa siendo más fuerte que su voluntad. 

No ignoraba que debía detenerse y frenar los impulsos precipitados que adquiría a través de una simple mirada. Se estaba apropiando de Felix, lenta e irrazonablemente, con cada minuto que transcurría y una vocecita incesante en su cabeza susurraba "mío", cuando no lo era. 

Apártate, había pensado, cuando besó a Felix en la noria, fundiéndose en el contacto tibio y húmedo que le otorgaban sus labios.

Apártate, había pensado, segundos antes de alejar a Felix de Jaemin en el bar porque la sola imagen de ellos juntos le quemaba la garganta.

Apártate, había pensado, entrelazando sus dedos con los de Felix mientras esperaban el taxi, implorando que nunca llegase el momento de soltarlo. 

Pero en ninguna de esas oportunidad había sido lo suficientemente fuerte para apartarse, y descubría que cada vez se hacía más y más difícil imponer una distancia entre ambos. 

—Yo dormiré en el sofá— dijo con las pocas gotas de autocontrol que le quedaban y que lo frenaban de saltarle al pelinaranjo encima—. Tú puedes usar la cama. 

Observó a Felix moverse a través de la sala de estar, rozando los muebles con las yemas de sus dedos y vagando por el cuarto con su mirada almendrada. Sus movimientos eran calmos y comedidos, lo que era un alivio para el pelinegro, quien había creído que debería enfrentarse a un Felix ebrio aquella noche. El pelinaranjo se volteó, mirando a Changbin a través de sus pestañas espesas. 

—Me gusta tu departamento— puntualizó, con los labios carmín hinchados (Se había venido todo el trayecto hasta el departamento mordiéndose los labios, y Changbin no lo había pasado por alto, en lo absoluto)—. El mío no es tan bonito. 

—Es porque parece un chiquero. 

—Aish— siseó ofendido ante el comentario, como si realmente no tuviese ropa tirada por todo el piso de su cocina—.

No tenías por qué decirlo de esa forma tan cruel ¿mm? Que yo me esfuerzo en ordenarlo... a veces. 

No le creía en lo último, pero bueno. —Mi cuarto está al final del pasillo a la derecha. Al frente está al baño. La cocina está ahí— señaló—. Y yo aquí— dijo, apuntando el sofá—. Si necesitas algo, no dudes en despertarme ¿vale? 

—S-Sí— titubeó, inclinándose en un asentimiento respetuoso. Changbin se mordió la cara interna de la mejilla, preguntándose por qué hallaba aquel gesto adorable—. Gracias, Changbin. 

𝐑𝐞𝐧𝐭 𝐀 𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 ✧ 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐠𝐥𝐢𝐱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora