Barcos

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Cuando un amor se va, queda un barco abandonado en nuestro mar, queda una carga de recuerdos, de imágenes y canciones. Queda solo y sin tripulación, no sólo bajo el capitán también nosotros nos fuimos, y quedan ahí flotando en la inmensidad, llegará alguna tormenta a revolotear los recuerdos o llegará la paz a aquietar las aguas. A la larga esos barcos se hunde y olvidamos muchas cosas.
Tenemos también mapas del tesoro de amores que perseguimos que al final perdimos rastro. Amores que nos ilusionaron con las riquezas de sus arcas y al final sólo fueron fantasías. Amores que quedan en islas desiertas con dibujos mal hechos, con mapas confusos. Y que no nos llevan a ningún lado.

Alguna vez barcos e islas chocan y nos traen recuerdos mezclados de cosas parecidas. A veces los hundimos en bebidas llenando de tormentas el mar. Que sólo logran mezclar y confundir. A veces dejamos que el tiempo corroa los barcos y los hunda, que el viento de lleve el arena y eliminé esas islas.

Pero a veces, sólo a veces podemos acumularlas, no porque significan algo con tus sentimientos, sino porque están llenas de recuerdos. Y los recuerdos se atesoran. Sin importar si esos barcos están llenos de tristeza. El amor que se sintió fue real y fue maravilloso.

Deseemos el bien a esas personas que bajaron del barco, todos tenemos barcos abandonados y amores perdidos, que al recordarlos nos sacan una sonrisa o una lágrima. Pero que nos recuerdan que hemos amado y hemos vivido.

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