Insomnia

"Palast mentis"

Atrapado en la cárcel en la que se había convertido su mente, en un choque con la ira y en discrepancia con la razón, inmerso en su subconciente y rodeado de puertas que ocultaban el pasado, volcó aquella mesa donde había pasado noches enteras analizando cómo transformar las dudas en seguridades, la espera en lo concreto, la libertad en algo más suyo; donde trataba de descifrar sentimientos que le atormentaban día y noche. Estaba harto de no poder encontrarse, de no poder encontrarla, del ciclo de decepciones en que se había convertido su vida, de sus recuerdos. Todas las piezas del rompecabezas de su incertidumbre que se situaban sobre la mesa cayeron y golpearon el suelo tan salvajemente como para no separarse nunca de él. Se quebraron en más de mil pedazos. ¿Qué importaba ya? Solo era algo más que se quebraba. Mientras observaba el desastre que había hecho, decidió prenderle fuego al mueble. ¿Por qué no acabar con todo aquello de una vez y para siempre? Justo en el momento en que comenzó a arder, sin razón aparente, arrimó una mano a las llamas, pero tuvo que retirarla rápidamente, con un grito que se confundía entre el dolor y rabia, causado por algo más que aquel incidente ígneo. Las lágrimas tropezaban con su sonrisa al presenciar aquel incendio limitado, donde todo rastro de oportunidad se desvanecía, no había vuelta atrás y era exactamente lo que pretendía, pero también algo dentro de él ardió esa noche y su mente estaba llena de humo. Finalmente, el fuego se extinguió y, con él, sus ganas de existir más allá de aquella prisión. Estaba perdido en algo que el mismo había creado y que nunca previó. Imperturbable, solo recogió aquel caos intencional y lo confinó a la habitación de los escombros y las cenizas caídas, el lugar donde amontonaba los avances deshechos, los intentos naufragados, los recuerdos extirpados, el futuro incapaz. Trastocado, caminaba de extremo a extremo en aquella cárcel, inconsciente y autómata. Un extraño demente que había renunciado a la cordura en defensa propia, para siempre.