capítulo 2

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Una disculpa para las que leyeron el otro nombre de la niña, pero lo he cambiado, si.

[...]

Louis se despertó con los sonidos que provenían fuera de la habitación, su niña aún no despertaba y Louis estaba feliz, porque tanto como él e Isabella habían logrado dormir mejor de lo que alguna vez recordaba, no había sido una noche perfecta, claro está. Sus golpes aún dolían, agradecía que Harry no mencionó nada sobre eso, hubiera sido demasiado incomodo. Pero al menos no tuvo a Scott despertándolo a tempranas horas porque quería comer, o simplemente porque el alfa parecía tener cierta diversión en molestarlo, a él y a su niña y aunque Louis nunca permitió que él le pusiera un dedo encima a Isabella, las palabras eran suficientes para que su bebé llorara, palabras que ella se creía.

Louis suspiró, poniéndose una de las batas que ya estaban en el mueble de la habitación, lentamente y sin hacer ruido salió de esta, caminando hasta la cocina, se detuvo antes de entrar, veía a Harry comer lentamente con su mirada fija en algún punto de la cocina, vestía su traje, veía su arma en la cintura y su chaleco antibalas a un lado de la mesa.

"B-buenos días." Louis se atrevió a decir. Harry se giró rápidamente.

"Louis, buenos días." Louis le sonrió pequeño, más no se movió, Harry sonrió. "Louis, puedes entrar." Louis pareció aliviado y con timidez se adentró. "Hay comida en las alacenas, puedes hacer lo que quieras. Yo tengo que irme en un rato, Liam vendrá por mí y no sé a qué horas regresaré. Puedes hacer lo que quieras, quedarte aquí o salir."

"¿Salir?"

"Claro, no sé si sea divertido quedarse aquí todo el día." El omega asintió. "Louis, él no te volverá a hacer daño, ni a ti ni a Isabella. Él ni siquiera está en las calles, ¿entiendes?" El rizado habló con calma.

"Está bien."

"No me gustaría dejarlos aquí solos, pero no puedo llevarlos conmigo." Harry rió. "Mi trabajo es... Complicado."

"No. Yo entiendo, Harry... Gracias."

"De acuerdo." El sonido de la bocina siendo tocada le avisó la llegada de su amigo. "Me tengo que ir." Harry tomó su chaleco. "En serio, puedes hacer lo que quieras, ¿de acuerdo?"

"Sí, Harry... Gracias." Louis le sonrió tímido.

"No hay de qué, omega."

"Ten un buen día." Louis se atrevió a decir, más sus mejillas se tiñeron de color rosa.

"Muchas gracias, tú igual." El omega asintió sin verlo. "Y Louis... En mi habitación hay cosas... Ya sabes, para." Harry señaló su rostro. "Soy policía, tengo mucho de esas cosas y lo entiendo perfectamente."

Louis asintió avergonzado.

"No te sientas mal, ¿sí? No fue tu culpa." Louis volvió a asentir. "Nos veremos más tarde." Y con eso Harry salió de la casa.

"Mami." Louis se giró, sonriendo cuando vió a su pequeña caminando hasta él mientras se frotaba un ojo con su manita.

"Hola, pequeña." Louis la alzó en sus brazos, caminándolos hasta la cocina.

"Hambre, mami." El omega dejó a la niña en una silla.

"Veamos que hay por aquí, Harry dijo que podíamos comer lo que quisiéramos." Louis empezó a revisar las alacenas. Los ojos del castaño se iluminaron cuando vió una caja amarilla en el fondo. "Isabella." Él llamó.

"Sí, mami."

"¿Quieres comer ¡panqueques!?" Los ojitos de la chiquilla brillaron.

"¡Sí!"


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⏰ Última actualización: Jul 26, 2020 ⏰

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sanando [l.s] [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora