Capítulo 6: Lo extraño

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Capítulo 6

Desperté al sentir mi celular vibrar, vi la hora, marcaba el reloj las 5:30 am, todavía estaba obscuro, gracias a Dios todavía no había amanecido. No tuve ganas de cambiarme y todavía hacía un poco de frío y lo único que tenia era una pantaloneta de dormir y una camiseta, así que tome una sábana, me la puse sobre los hombros y me dirigí hacia la planta baja tratando de no hacer ningún ruido, no quería que los demás se despertaran por mi culpa, todavía era demasiado temprano. Pero mis torpes pies no pensaban igual, al bajar el último escalón tropiezo contra una pequeña mesa con un florero, la mesa hizo un gran ruido y por un momento vi como en cámara lenta el florero caía, pero mis reflejos no son tan malos, antes de que tocara el suelo lo logré agarrar. Me quede quieta por un momento esperando que nadie lo haya escuchado, por suerte nadie salio a ver que pasaba.

Al salir de la casa camine directo a la playa. Desde ahí se veía aún mejor el faro, todavía no había luz, así que todavía funcionaba, y podía sentir como, cada veinte segundos la luz alumbraba mi rostro, sin darme cuenta ya estaba lejos de la casa, unos ochenta metros lejos, no sentía que caminara tan rápido.

Me puse a pensar la razón por la cual me gustaban los faros, me recordaban a él, en alguna ocasión me mencionó que le gustaban y que algún día viviría en uno, a la orilla de la playa, "Todo un aventurero" solía decir, yo le decía que estaba loco, pero en el fondo sabia que lo cumpliría. Una sonrisa llena de tristeza apareció en mi rostro y sin notarlo una lágrima rodó por mi mejilla, no la detuve, no había razón para hacerlo, nadie miraba y podía desahogar mis penas, sin notarlo mas lágrimas salieron, todo en esa playa me recordaba a él, su gran sueño, él, Thomas, no podía negarlo, lo extrañaba mucho, y las palabras no podrían describir cuanto.

Al darme cuenta alguien estaba a mi lado, al subir la cabeza me di cuenta quien era, Bryan, seque mis lágrimas para que no las notara, aunque probablemente ya lo hacia hecho, no sabía cuanto tiempo exactamente llevaba ahí sin que yo lo notara.

-¿Estas bien?- preguntó con cara de ¿preocupación? No sabría decirlo en realidad.

-Claro, todo bien ¿por qué no habría de estarlo?

-No lo se, estabas llorando... tú dímelo.

-Si no te molesta, es personal... - él no dijo nada más, así que para romper la incomodidad hable -¿Qué haces aquí?

-Bueno, el ruido de esa mesa fue muy fuerte, salí a ver que pasaba y te vi salir, me sorprende que solo yo me despertara, ellos de verdad tienen el sueño pesado.

-Si, supongo, la verdad si pensé que se despertarían.

-¿Qué haces afuera tan temprano?, supongo que no solo saliste a llorar, la habitación es mas cómoda para hacer eso- dijo sin preocupación, pero rápidamente se vio el arrepentimiento en su cara.

-El amanecer, lo quería ver, aunque no desde mi habitación, desde ahí no se sentiria el calor del sol.

Hubo un silencio, pero no incómodo, era solo que no había nada mas que decir. De un momento a otro me senté en la arena, el me siguió sin decir nada, solo viendo hacia el mar, voltee a ver hacia la casa, pero ya no la veía, no sentía, definitivamente, haber caminado tanto.

Quince minutos después ya se veía la punta del sol en el horizonte, el faro ya no alumbraba mi cara, había sido remplazado por el calor del sol y se sentía tan bien como lo había imaginado.

Nos sentamos tan cerca de la orilla del mar que en cierto punto el agua tocó la punta de mis pies, no sentía el mar tocar mis pies desde hace un año, había olvidado ya la sensación del agua fría en mi cuerpo pero ahora se sentía realmente bien.

Love is not like thatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora