SERENDIPIA

CAPITULO 1

¿Qué es el tiempo? Es una magnitud física que mide los acontecimientos que suceden en nuestra vida, avanza de una manera inexorable y no hay nada que podamos hacer para detenerlo. En estos momentos el tiempo en mi vida corre de manera lenta aun cuando todo alrededor se mueve de forma rápida, las personas avanzan con sus vidas, los carros siguen andando, la noche se va y da paso al día, pero yo sigo aquí, atrapada.

Giro hasta quedar boca arriba mirando el techo, el tic tac del reloj me muestra que está a punto de amanecer y que ha sido otra noche sin poder dormir.

La alarma comienza a sonar. Miro el reloj son las 6:00am he estado despierta sin poder dormir desde hace horas. Unos golpes se escuchan en mi puerta.

— Alana — dos nuevos golpes, cierro mis ojos, nuevamente tocan en mi puerta.

—Alana, despierta tienes que ir a la universidad — suspiro.

—Ya estoy despierta mamá —retiro las sábanas y me levanto para ir al baño a ducharme. 15 minutos después salgo con mi toalla envuelta regreso a mi habitación saco unos jeans ajustados y una camisa ligera del armario en esta ciudad el sol calienta los 365 días del año así que hace mucho calor, me colocó mis tenis arreglo mi cabello y me aplico un poco de maquillaje ocultando mi falta de sueño.

Bajo a desayunar mi papá está leyendo el periódico con mi hermano a su lado, escucho a mi mamá en la cocina. Me acercó a papá y le doy un beso en la mejilla.

—Buenos días — el baja su periódico mientras me abraza.

—Buenos días Ali ¿Cómo amaneciste? —siento al lado de mi hermano.

—Si le quitas el no haber dormido bien en toda la noche... estoy bien— trato de sonreír

— ¿Otra vez no pudiste dormir? —mi papa pregunta un poco preocupado

Niego con mi cabeza —Pero no pasa nada ya estoy acostumbrada, estoy bien no te preocupes.

Y lo estoy, no dormir en algunas ocasiones se ha convertido en una rutina a veces es inevitable.

—¿Siguen los dolores?

No quiero hablar de esto por lo que afirmo llevando el vaso de jugo a mis labios, lo escucho suspirar, esa es una de las razones por la que no me gusta hablar de esto con ellos.

—Está bien papa, dejemos eso a un lado.

—Buenos días para ti también enano —me fulmina con la mirada odia que le diga así por lo que siempre me divierto a costillas de el

-No me digas así, ya soy un niño grande.

—Si claro, tener 8 años no te hace tan grande—revuelvo su cabello. Alan es mi único hermano mis padres tuvieron la grandiosa idea de emparejar nuestros nombres Alan y Alana Aragón Sáenz, a pesar de ser pequeño tiene mucha imaginación.

—Papá dijo que ya soy un niño grande — miro a papá que asintió.

Me reí —Que vayas sólo al baño solo no significa que seas grande —le saqué la lengua, gruñó me gustaba molestarlo estaba a punto de protestar cuando mamá entró con dos platos en sus manos.

—Mamá dile a Alana que deje de molestarme ­—aún seguía riendo, papá trataba de contenerse para no reír.

—Ali deja de molestar a tu hermano, desayunemos en paz — me dio un plato mientras se sentaba.

eran las 6:45 am me levante de la mesa entre al baño para lavar mis dientes. Mis clases comenzaban a las 7:30 por lo que debía salir a las 7 de mi casa agarro mi bolso, me despido de mis padres, camino hacia el paradero de buses mientras escucho música, a esta hora de la mañana los buses van un poco llenos, afortunadamente encuentro una banca vacía, me dejo llevar por la música tarareo Good life de OneRepublic cuando estoy llegando a la universidad me levanto, me doy cuenta que el bus está muy lleno, va a ser una odisea salir, entre empujones y lo siento logro llegar a la puerta trasera toco el timbre para pedir la parada pero este no se detiene, timbro una segunda y tercera vez pero no para.

­— ¡¿SEÑOR NO ESCUCHO EL TIMBRE?! —le grito al chofer, este se detiene dos cuadras lejos de donde debía bajarme.

Me bajo enojada, en 10 minutos comienzan mis clases, esto a veces sucede, pido la parada y lo dejan donde se les da la gana, me doy prisa y subo las dos cuadras.

Llego a la universidad agitada cuando estoy a punto de entrar alguien grita mi nombre.

—¡Lani! Espera —Laura venia corriendo, ella era mi mejor amiga la conocí cuando retomé el semestre después de haberlo aplazado - Buenos días- me mira - ¿Por qué luces como si hubieras corrido una maratón?

—El bus me dejó dos cuadras abajo, el chofer no le dio la gana de dejarme en la parada que le pedí — logro decir.

Entramos al salón el profesor ya se encontraba ahí, nos dirigimos hacia las sillas que estaban al final.

—Buenos días jóvenes formen grupos de 3 haremos un taller.

Sonreí hacer un taller no es tan malo es mejor que estar 3 horas escuchándolo sin parar, tiende a ser aburrido, no es que no me guste la clase, pero hablar de normas y leyes no es tan divertido. Miro a Laura nos faltaba uno.

—Ni se te ocurra dejar que el chico ese se coloque nuevamente con nosotras otra vez, nunca hace nada.

—Bien, tampoco iba a hacerlo pregúntale a Claudia si tiene grupo.

Vanessa le hizo señas para que se junte con nosotras, ella acepta y se sienta a nuestro lado el chico nos quedó mirando con la esperanza de que lo llamáramos a él, no soy de las que discrimina a una persona, pero tampoco soy partidaria a trabajar con personas que no hacen un mínimo esfuerzo al momento de hacer trabajos.

—Hola —nos saludó Claudia.

—Hola —le devuelvo el saludo.

Tres horas más tarde nos dirigíamos fuera de la universidad.

—Otra hora más y me vuelvo loca con tantos artículos del código sustantivo del trabajo—se queja Laura.

Claudia y yo nos reímos al mismo tiempo.

—No eres la única.

—Lani ¿Te irás a casa?

—Sí, necesito llegar a casa, nos vemos mañana. — nos despedimos camino rumbo a casa.

Básicamente esa es mi rutina despertar, ir a la universidad llegar a casa y encerrarme en mi cuarto o como le dice mi mamá "la cueva". Algunas veces Laura me arrastra a alguno de sus planes con nuestros amigos, pero hay días en los que no quiero hacer nada y hoy no es la excepción.

Estoy tratando de adaptarme a muchas cosas y a estar rodeada de personas no ha sido fácil, pero me ha ido bien, constantemente escucho a mis padres decir que necesito tener más vida social, que debería salir con chicos, y el que sea mi madre la que insista lo hace raro. Como si todo fuera tan fácil, todo lo hace ver tan fácil y es exactamente lo que más me molesta, la vida no es así de fácil.

Coloco la mochila en el escritorio, me quito los zapatos y me tiro en mi cama. Necesito reponer un poco de sueño después de haber tenido una de mis tantas noches de insomnio.

HOLA, UNA DE LAS COSAS QUE HE APRENDIDO EN CUARENTENA ES QUE DEBEMOS ARRIESGARNOS Y NO ESPERAR ASI QUE POR FIN DECIDI SACAR TODAS ESAS IDEAS QUE HAN ESTADO EN MI CABEZA Y PLASMARLA EN UNA HISTORIA, ESPERO QUE ME APOYEN SIENDO NUEVA EN ESTO.