CAPÍTULO I

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Luisita

- Bip, bip, bip, bip,...

- Mierda!

No me lo podía creer. Era mi primer día de universidad y ya empezaba con el pie izquierdo. Para colmo, ni mamá, ni papá, ni ninguno de mis hermanos se tomó la molestia de levantarme. Había puesto 7 alarmas por si acaso, y resulta que me levanto a la séptima! Eso sí que era para matarse, considerando que no iba a tener tiempo ni para desayunar ni para nada.

- Buenos días Luisita.

- Buenos días serán para tí, María!

- Visto lo visto, alguien se ha levantado con muy mala leche.

- Agredece María, agradece al cielo de que me he levantado -dije casi gritando- no ves que es mi primer día de Universidad!... Mejor me voy ya, que no quiero seguir con el pie izquierdo

- Ya Luisi, tampoco te pases. Mucha suerte cariño... Mucha mierda -dijo mi hermana casi riendo.

Por suerte no me topé con nadie más en la casa que me entretuviera más de la cuenta.

Salí corriendo como pude para poder alargar la mano al primer taxi que se me apareciera si quería llegar a tiempo. El rumbo de mi día fue mejorando, porque para mí suerte apenas puse llave a la puerta principal, un taxi giró en dirección hacia mí, y para mí doble suerte estaba vacío.

- Buenos días. A la Universidad San Francisco por favor.- dije apenas me subí.

- Con gusto señorita

El conductor me quedó mirando un poco extraño cuando le dije la universidad a la que quería ir. La USF era la más prestigiosa (y cara) del país, por ende, la mayoría de su alumnado era gente de mucho dinero y de todas partes del mundo. Yo había tenido la suerte de ganarme una beca ahí gracias a la IMO (Olimpiada Internacional de matemática) en la que participé en mi último año de colegio; estudiantes de todo el mundo que habían atravesado muchísimas otras olimpiadas matemáticas de prestigio lograban participar en esta, que era la más importante en el mundo de las matemáticas. Logré alcanzar el 1er lugar, y obtuve varios beneficios, reconocimientos en varios medios y una que otra entrevista. Claro que con esto no me hice la persona más famosa del mundo, pero después de tanto esfuerzo haber cumplido una de mis más grandes metas en lo que más me apasiona era todo lo que podía pedir. Y ahora aquí estaba, formándome profesionalmente en la universidad de mis sueños, estudiando lo que más me gusta.

- Son 30€ señorita.

- Cómo dice?

Debí de haber escuchado mal, esa carrera de taxi no es de más de 5 euros, eso era una estafa en todo su nombre, pero por su puesto yo no me iba a dejar estafar.

- Que son 30€, señorita.

No me lo podía creer, esto tenía que ser una broma... Tenía que serlo, porque ni tenía el dinero para pagar semejante suma ni quería problemas.

- A ver, a ver, a ver,... Con todo el respeto, la carrera máximo cuesta 5€.

- Señorita, con todo el respeto, le puse el taxímetro y este aparato no miente!- dijo gritándome.

- Solucionemos esto como la gente civilizada, y sin gritos, que no hacen falta -dije como pude.

Mi día ya de por sí no era nada bueno, y con este señor las cosas estaban empeorando.

- No me quiera ver la cara y págueme de una buena vez!!- dijo gritando una vez más.

El horno no estaba para bollos. Abrí la puerta y salí antes de que las cosas se pusieran peor, no sin antes dejarle 5€ en el asiento trasero. Pensé que me había librado de esta y podría llegar tranquilamente a mi primera clase, hasta que...

- Qué cojones le pasa! Págueme mi puto dinero! Ya se me hacía raro que una chica de esta universidad vaya tomando taxis y no tenga como mínimo un auto propio... Si no me pagas no sabes de lo que soy capas! -dijo mientras tomó mi maleta bruscamente.

- Ey! Ven aquí y dame eso que no es tuyo!

¿Tan mala suerte tenía yo que las cosas solo iban de mal en peor?

- Trae eso para acá, imbécil! Ni se te ocurra volver a molestarla ¿escuchaste?

De repente alguien que desconocía totalmente me ayudó de la nada. Una chica muy guapa: morena, con cabello ondulado y una gran valentía por lo visto.

- Amelia, un placer -dijo dándome dos besos.

- Luisita, igualmente un placer.





Gracias a la U (Luimelia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora