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Jungkook sabía que si seguía en ese vehículo iba a estallar, su hermano no paraba de darle "consejos" para hacer bien aquel acto pecaminoso. Quería decirle que se detuviera, pero su conciencia y su lado irracional estaban inconcientemente prestando atención y anotando cada detalle.

—Es aquí— dijo apuntando a la casa amarilla con el porche blanco.

Seokjin estacionó en frente de esta y tocó el claxon exageradamente.

—¡Qué haces!— gritó el menor lanzándose en cima de las manos de su hermano —¡Dios que vergüenza! ¡¿Por qué hiciste eso?!

—Para avisar que ya llegaste ¿no es obvio?— el mayor sacó una cajetilla de cigarros junto a un encendedor, miró de reojo a su pequeño hermano que aún seguía con una expresión muy molesta -Diablos Kook hazte respetar, ahora largate de mi auto y ve a esa trampa del sexo.

La puerta principal de la casa fue abierta, un chico saludando euforicamente en dirección al auto apareció. Jungkook aspiró todo el aire que sus pulmones podían contener, apretó la manija de la puerta y jaló de esta; estaba nervioso pero la tierna sonrisa adornada con preciosos hoyuelos de Namjoon le transmitió un poco de confianza.

Al llegar frente a él escuchó el motor del auto de Seokjin rugir a lo que supo que su hermano ya había partido a su fiesta.

—Hola— Namjoon se inclinó para dejar un casto beso sobre los labios de Jungkook.

—H-hola— sus mejillas estaban rojas así que escondió su cara en el torso del más alto.

Namjoon correspondió el abrazo y acarició algunos mechones rubios del cabello de Jungkook.

—Deberíamos entrar, ya prepare la película y algunos aperitivos.

El menor sonrió y entró a la acogedora casa, dejó la mochila en la que llevaba su ropa al comienzo de las escaleras y se sentó en el sofá que estaba al frente de la televisión.

Hasta ahora nada fuera de lo normal.

Namjoon lo siguió recostado su cabeza en las piernas del menor —Te ves muy bonito hoy.

—Gracias—  susurró el menor —La verdad es que me arregle mucho para venir y esperaba que lo dijeras, ahora mi día está completo.

Namjoon rió y tocó superficialmente la mejilla del menor —La película que elegí es una de zombies ¿está bien?

—Supongo que sí.

Jungkook estaba un poco extrañado por el tema de la película; esperaba que sea algo más familiarizado con el ambiente como "50 sombras de Grey" o cualquier película con alguna escena sexual. Pero lo dejo pasar después de todo.

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O

La película ya casi estaba por terminar y Jungkook no entendía, no entendía el porque su novio no hacía nada como todos decían, o porqué se comportaba como si fuera una salida común y silvestre entre ellos.

Todo el mundo le había señalado que hoy sería el día que perdería la virginidad, se había preparado mentalmente para este momento. Había imaginado muchos escenarios pornográficos de él y Namjoon, donde el éxtasis se apoderaba de ellos y cumplían movimientos certeros justo como en las películas porno.
Toda aquella mágica llama que tuvo encendida dentro de el la mayor parte del día se apagaba poco a poco al darse cuenta lo estúpido que había sido malinterpretado la invitación del mayor.

¿Y si en verdad Namjoon se había dado cuenta que no lo deseaba?

Jungkook temía por eso, pero dentro de su revuelta cabeza de adolescente tenía sentido. Namjoon era un chico muy sociable y atractivo que contaba con muchos amigos y una gran fila de personas que quisieran una relación con él, podía conseguir si quería a la chica con curvas más prominentes de la escuela sin necesidad de hacer mucho; a lo mejor se había dado cuenta que estaba perdiendo el tiempo con Jungkook, un chico de sólo quince años.

Equis .- 남국Donde viven las historias. Descúbrelo ahora