"Y SE ATREVIÓ A LEER"

Y SE ATREVIÓ A LEER
Por: Limna Soto

Los personajes no me pertenecen.

— Me encuentro ante una gran disyuntiva, George...  este libro revela todas las intimidades de Candy. No creo que sea lo correcto abrirlo y menos leerlo!

— Pero ella te lo ha dejado. Y no creo que haya nada de lo que ella se avergüence o de lo que tú te asustes. ¡Por Dios! Estaba en un colegio súper estricto... ¿Qué crees que puedas encontrar? ¿Que la regañaron? ¿Que no cumplió con alguna tarea? ¿Que llegó tarde a alguna clase? ¿Que se escapó para ir a verte al zoo? ¡Relájate, hombre! Si ella encargó que te lo entregaran, es porque quiere que lo leas...

— No, ella se lo dejó al Tío Abuelo William, no a mi. Ella piensa que un viejito bonachón es el que leerá este diario; no yo, su amigo Albert. ¡Siento que es violar su privacidad!

— Tú has dado en el clavo: ¡eres su amigo! ¿"Violar su privacidad"? Pero si has vivido con ella todo este tiempo... la conoces como la palma de tu mano. Ahora solamente te enterarás de lo más importante de su vida en ese tiempo que estuvo recluida ahí, en ese colegio... Igual y no me hagas caso. Si no quieres leerlo, no lo hagas.

George salió de la oficina, dejando a un William muy pensativo.

Sentado en su sillón giratorio, con los codos puestos sobre el escritorio y las manos en su barbilla, miraba de reojo ese diario que posaba de manera tentadora ahí encima de todos los demás papeles que había firmado hoy. Y pensó:

— Bueno, por otro lado, el día que Candy sepa que su tutor no leyó este diario, quizá piense que no me importó o qué fui indiferente a su adolescencia aquí descrita. Bien... una que otra página, y nada más... Es cierto lo que dice George, creo saber lo más importante: sus escapadas del colegio, su idilio con Terry, sus roces con la insufrible Elisa... En fin... Veamos qué dice aquí, por ejemplo... — sentenció y abrió el diario al azar. Y entonces leyó...

Querido Diario:

     ¿Por dónde empezar hoy? Este día no puedo hacer tan solo un registro cronológico de mis acciones realizadas en el día. Hoy necesito plasmar lo que siento con esta tinta indeleble, aquí en tus hojas. Obviamente no puedes contestarme; pero sé que compartirás mi emoción y entenderás mi desconcierto.
Iré al grano... En pleno festival de Mayo del Real Colegio San Pablo, he vivido la experiencia de MI PRIMER BESO!!! Si, el primero...

«En este momento, Albert entrecierra el diario dejando una de sus manos en la página como para no perderla por completo. Se disputaba internamente si debía o no proseguir. Finalmente ... »

Por supuesto fue con T.G. Ya te he contado de él. Si, ¡Terry me gusta! ¡Me gusta mucho! Y todo parece indicar que él también gusta de mi. Me pregunto si él estará rememorando ese momento como yo. Aunque de seguro que esta no fue su primera experiencia. Él es mayor que yo, y ha sido muy asediado por las chicas; aunque parece no prestarles mucha atención. El caso es que ... ¿si ya me besó, ya soy su novia? Porque no me dijo nada al respecto. De hecho, debo confesar que mi alegría por este acontecimiento se ve nublada por todo lo que sucedió después. Ya te cuento...

Estábamos bailando en la segunda colina de Pony un vals que sonaba en la fiesta, por supuesto, yo estaba de incógnita con los disfraces que el Tío Abuelo me envió, porque nadie debía reconocerme. De pronto empezó aquella hermosa melodía que hace unos años baile con mi dulce Anthony. No pude evitar recordarlo, y supongo que fui demasiado obvia. Terry se dio cuenta, y no tuve más remedio que decirle lo que pasaba por mi mente. No se me da bien eso de mentir. Entonces, detuvo su danza y por ende yo también.