EPILOGO

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En silencio, Changbin observaba a su pequeña hija durmiendo plácidamente en su cuna, abrazando aquella almohadita en la que aún quedaban ápices del aroma de Félix

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En silencio, Changbin observaba a su pequeña hija durmiendo plácidamente en su cuna, abrazando aquella almohadita en la que aún quedaban ápices del aroma de Félix. Ella se veía tan bonita y serena, como un dulce angelito que descansaba en armonía. Changbin sonrió con algo de amargura, y acarició suavemente su mejillita.

-- Bebé, es hora de levantarse --susurró, dándole una nueva caricia --. Chae... arriba, bebé -- canturreó, comenzando a quitarle aquella almohadita que abrazaba.

Al sacársela, Chaewon empezó a removerse con molestia, tanteando con sus manitos en busca de su objeto más preciado. Poco tardo en darse cuanta que ya no lo tenía, así que abrió sus marrones ojos y formó un pucherito antes de echarse a llorar.

Changbin la tomó entre sus brazos tras dejar la almohada sobre las sábanas de la cuna. Chaewon rodeó su cuello con sus bracitos, escondiendo su rostro en el hueco que formaba este, tranquilizándose un poco al sentir el aroma de su papá alfa.

Un besito fue plantado entre sus finos ricitos, mientras Changbin caminaba hacia la cama. Allí dejó con cuidado a su hija de veintiún meses para luego quitarle su pijamita, cambiarle el pañal, y vestirla con un conjunto nuevo que su tío Jisung le había regalado hacía poco.

Apenas acabó de vestirla, esta gateó sobre la cama con rapidez, yendo directo del lado que solía ser de Félix. Se trepó hasta la almohada grande, tirándose encima, abrazándola y aspirando hondo.

-- Pa -- dijo cerrando sus ojitos.

Changbin apretó los labios, reprimiendo las ganas de llorar que le daban siempre que su bebé hacía cositas como esas. Se tragó el nudo que subió por su garganta, y se acercó a aquel lado de la cama, tomando asiento en el borde.

-- ¿Recuerdas que estuvimos practicando algunos nombres, bebé? -- le preguntó Changbin, sonriéndole mientras le acariciaba un pequeño rizo de su cabello.

-- Ti -- contestó, y luego rió cuando su padre le hizo cosquillitas en su cuello.

-- ¿De quién es el olor que tanto olfateas? ¿lo recuerdas? Papá...

-- Fefi.

Changbin rió, revolviéndole el pelo cariñosamente, no pudiendo evitar detener un par de lágrimas que se le escaparon, las cuales se limpió tras sorber sus mocos.

-- Félix -- pronunció lento y despacio.

Su bebé abrió y cerró la boca un par de veces, tratando de copiar el movimiento de labios de Changbin.

-- Fefi... uhm... Fe-li... Feli... ¡Feli! –- gritó con entusiasmo, dando un saltito de emoción sobre la cama como si lo hubiese logrado. Luego miró con curiosidad a Changbin, quien la observaba con una feliz sonrisa de padre orgulloso -- ¿One ta papá Feli?

Aquella sonrisa que iluminaba el rostro del alfa se fue desvaneciendo. Respiró hondo, no dejando que su amargura lo dominara, y se puso la mano izquierda en el pecho, a la altura de su corazón.

Sublime Dominacion  [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora