Capítulo Único

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Horacio había tenido días horribles a lo largo de su vida, seguramente más de los que podría contar con los dedos de sus manos. A su mente venía aquella vez que un taxista descuidado en medio de un día lluviosos arruinó su chaqueta favorita, o esa otra en la que casi termina siendo abusado sexualmente por un mapache. Hasta ahora el día que estaba coronado como el peor día de toda su vida había sido aquel nefasto momento en el que su madre le abandonó, huyendo de los problemas, desde ese entonces prometió no ser como ella, Horacio Pérez no huía de los problemas, él se los comía. Sin embargo en vísperas de su aniversario de abandono ese día fue destronado.

Sentía que sus oídos zumbaban, mientras observaba los ojos azules de su compañero de vida y amante. Sus manos temblaban y la frágil mente del sensible hombre de cresta se negaba a creer la información recibida. Sus ojos se nublaron gracias a las lágrimas que se estaban acumulando en estos, dispuestas a contemplar el show, para luego caer por la piel del rostro del muchacho, y finalmente morir en su quijada, cuello o labios.

Se maldijo a sí mismo mientras descargaba su frustración mordiendo sus labios, quizás si se hubiera percatado antes del cansancio constante del rubio,de sus constantes dolores de cabeza, de como estaba más pálido de lo normal, de lo débil y pequeño que parecía con el paso del tiempo. Quizás hubieran podido hacer algo, sin embargo en lo mas profundo de su ser sabía que eso no era verdad.

Todavía conservaba la vivida imagen de su pareja desmayado en medio del baño con restos de vómito en sus labios y la nariz sangrando. Fue ahí cuando lo llevo al hospital, fue ese dia cuando recibieron la noticia luego de hacerle un examen neurológico, una angiografía cerebral y distintos exámenes que Gustabo tenía tumores en diferentes partes del encéfalo y la médula espinal. En resumen, Gustabo tenia cáncer cerebral y no tenía como pagar el tratamiento, el doctor había dicho que siendo positivos, le quedarían 5 años de vida.

Las manos frías de su pareja acariciaron su rostro, limpiando las lágrimas que caían infinitas de sus ojos. Sus manos bajaron hasta sus hombros, y pasaron a envolverle en un abrazo apretado que no dudó en corresponder, pasando sus manos por la frágil espalda de Gustabo, siendo por primera vez consciente de lo pequeño que era comparado con él, pensando que podría romperlo con tan sólo aplicar fuerza en el lugar equivocado.

Sintiéndose morir en vida se aferró al cuerpo del mayor, temiendo que se desvaneciera en sus brazos.

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Tiempo había pasado ya de aquel fatídico día en el que diagnosticaron a Gustabo García (con B de Bombón) con cáncer cerebral en estado avanzado, las cosas habían cambiado entre ellos, no sabía si para bien o para mal. Eran más unidos que nunca, pero detestaba pensar en el motivo detrás de eso.

Actualmente estaban en un autobús rumbo a Los Santos, una ciudad donde no importaba de donde venias, tu pasado quedaba olvidado al momento de pasar la frontera. Gustabo propuso irse a vivir ahí unos días después de saber que no tenían como pagar el tratamiento. Sabía que el rubio no quería irse del pueblo donde se conocieron y enamoraron, sinceramente él tampoco quería abandonar ese pueblo y todos los recuerdos de lo vivido allí. Mas sabia que García solo estaba velando por su bien, pues en ese lugar no tenía futuro alguno y probablemente terminaría muriendo de hambre meses después de que Gustabo... No, no pensaría en eso.

Love me Like There's No Tomorrow - Perxiplay GTA Roleplay OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora