Diario de un celosón.

Capítulo segundo -Alicia

Poco a poco Alicia y yo comenzamos a conversar, hasta que finalmente acabamos siendo muy buenos amigos.
Yo me esforzaba mucho, incluso me mire en Internet tutoriales para hacer colgantes y cosas así, (aunque no me salían bien, pero lo intentaba) , con el objetivo de poder regalárselo a mi amiga.

Nos hicimos inseparables, estábamos todo el día hablando, pasábamos juntos los recreos, e incluso llegó a venir a mi casa de campo.
Todo iba bien, era perfecto, y eso hizo que me pudiese olvidar un poco de todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor.

Llego un momento en el que la gente normal hizo vernos juntos, de hecho, cuando estábamos juntos nos preguntaban; "David, ¿dónde está Alicia? o viceversa.
Ella no me juzgaba, yo tenía mis defectos, y los conservo, era muy plasta, incluso llegaba a ser un tanto insufrible,  pero sabía que ella era una buena persona, porque con todo y con eso permanecía a mi lado y me ayudaba a evadirme del resto de cosas de mi vida.

Yo estaba súper ilusionado, recuerdo que en una ocasión estuve ahorrando un montón de tiempo para comprar uno de esos colgantes compartidos que por aquel entonces todo el mundo tenía y a mí me daba vergüenza el no poder regalárselo por mi situación económica, que en resumen, era una mierda, como todo lo de entonces...

Se podría resumir en que ella me hacía realmente feliz.

Recuerdo que incluso teníamos por así decirlo nuestro propio rinconcito, era en el Parque del Oeste, en la zona del faro de Moncloa bajando por la gran cuesta siguiendo recto, hasta llegar a El Riachuelo que desemboca en el Manzanares,  la primera vez que quedamos fuimos allí, y continuamos yendo allí casi todas las veces.
Era muy divertido, ya que habría que hacer un pequeño salto y en alguna que otra ocasión nos escurrimos  y casi nos caemos al agua.