13: Viejos abitos.

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A sus escasos 23 años xichen ya ha pasado por un matrimonio un divorcio y 4 hijos realmente se ha tomado en serio eso de que los Lan hacen las cosas en grande.
Ahora se encuentra debatiéndose entra las promesas echas y su corazón que su está sanando.
En la biblioteca Meng Yao sonrie  y se sienta  en sus piernas.

-- Vine para quedarme. -- Beso sus labios.

Por alguna razón la  mente de xichen  no le creyó pero su  corazón lo deseaba.

-- deja de jugar.

-- No juego...quiero ser uno contigo esta noche. -- puso sus manos en su cintura.

La posibilidad de sentir una vez más su calor despertó algo xichen.

-- enserio?. -- se levantó ya que su cuerpo reaccionaba -- podría tratar de complacerte aquí mismo en el estudio?.

Se  hacerco un poco más a su rostro por un momento penso que podía controlar sus deseos.

-- me voy a dormir tengo mucho que hacer mañana.

Meng Yao tiro de su mano.

-- No me rechaces...te amo.

Xichen se hacerco a su oído.

-- no cruces la línea.

-- Te entregaré mi cuerpo si es lo único que deseas de mi. -- abrió su camisa.

Apesar de que sabe qué está jugando con el , su cuerpo es incapaz de decir que no.

-- tu piel es tan blanca. -- lo acaricia recordando cuántas veces su piel cambiaba de tono y como es que a esta persona le gustaba hacerlo.

-- Llenala con tus marcas. -- se  desnudo  frente a él.

Aún puede recordar su piel llena de aquellas antiguas cicatrices.
Pronto el cambio en sus pantalones fue notorio, una vez más ha perdido la voluntad

-- serás mi amante está noche?

Dijo mientras tocaba su cuerpo una vez más.

-- Como la primera vez en la biblioteca. -- accedió mientras lo besaba una vez más.

Xichen camino hasta la puerta para poner el seguro.

-- hoooo pequeño demonio, está noche me perderé en tu  piel.

Meng Yao mordo su labio inferior mientras se sentaba en el escritorio y abría sus piernas a modo de provocación.

-- Te llevaré al infierno. -- Sonrie

Meng Yao esta  orgulloso que que pesar de haber tenido una hija, su cuerpo sigue esbelto.

-- ya estoy en el desde que no tengo tu cuerpo.

Toca besando y recorriendo su piel. Una parte de el se resiste a tocar su intimidad.

-- lo siento no quiero lastimarte.

-- Estaré bien.... si quieres hacerme daño, adelante. -- besa sus labios.

Xichen por un momento recordo las marcas cuando eran  frescas.

-- te gusta el dolor?. -- Lo toma por el cuello y lo pone  contra la pared mientras le hacía saber lo duro que estaba, recargando se  en sus glúteos.

-- Si...pero me adaptare a ti. -- gime  al ser sorprendido de esta manera.

Mueve  sus caderas sobre su erección.

-- no hace falta yo te daré lo que pides para que no busques en otro lado. -- Comienza  a morder su espalda y mientras empuja su  miembro aún atrapado en el pantalón.

Un Amor Tóxico. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora