Capítulo 14

802 107 71
                                    

Pov. Matías

Silencio.

Demasiado incómodo.

Hasta ayer estaba completamente seguro de lo que iba a hacer, y ahora, ahora me temblaba el pulso de solo pensarlo.

Quería declararme, decirle que me gusta, y ahora no me atrevía. Teito estaría decepcionado de mí.

―Che, ¿Te pinta que haga unos pochoclos? ―preguntó, sacándome de mis pensamientos.

―Ah, dale. Yo... voy a dejar mis cosas a tu pieza.

―Dale, anda tranqui. ―respondió.

Así, el fue a la cocina y yo a su habitación. El plan era quedarme a dormir, así que me había traído una mochila con una muda de ropa.

Me tiré a la cama de Lit tras dejar mis cosas, esperando así poder relajarme un poco, pero me percaté de algo duro en mi abdomen. Me levanté un poco y noté que abajo mío había una especie de cuaderno.

Lo abrí.


"Diario de investigación de Mauro Monzón"


Enarqué una ceja, y sin cuestionármelo mucho, empecé a leer.

Me fue inevitable reír mientras pasaba las páginas, apenas creyendo que realmente Lit había escrito algo así, lo veía muy pajero como para ponerse a escribirlo.

Me sorprendí al enterarme de que la había pasado mal con lo de los cuatro trolos esos, no solo por lo escrito, sino por las pequeñas manchas borrosas en las hojas que denotaban que había llorado.

Pero, de repente, el tema cambió.

Había unas hojas tachadas, como si hubiera hecho una separación, y entonces llegue a una hoja que decía:


"Ignacio Matías Spallatti a.k.a el Eckonomía"


Algo me decía que deje el cuaderno ahí, pero la curiosidad ganó, e inevitablemente pasé página. Sentía que estaba por leer algo que no debía, pero eso no me detuvo.

Empecé a leer, más concentrado que antes, ya no reía, y más al ver las pequeñas manchitas de lágrimas en algunas hojas.

Si lo anterior era increíble, saber que había escrito de mí fue todavía más increíble.

Sentí mis mejillas arder en algunas partes, especialmente en las últimas páginas, y me sentí molesto al saber que Lit había besado a Valentín. No era extraño que me sintiera así, siempre había tenido ciertos celos de lo cercanos que eran.

Pero, al final, inevitablemente sonreí.

Le gustaba a Mauro.

Le gusto a Mauro.

―Mati, ¿Me estás fichando la pieza o qué, que tardas tanto? ―preguntó Lit mientras abría la puerta, y cuando me miró, el color abandonó su rostro.

Peor que un fanfic [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora