Prólogo: La vida de campanillas

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03 de junio de 1787.
Palacio de Versalles en París, Francia.

Camine apresurada por los pasillos del palacio tratando de no tropezarme con las abundantes telas de mi vestido. Estaba nerviosa, no sabía que podría profesar aquella persona pero debía asegurarme por el bien de mi familia.

Mientras iba en pasos veloces veía mi reflejo en los espejos de las paredes del pasillo. Mi rostro estaba cansado, con algunas ojeras y bastante pálido. No dormía bien en las noches última provocando que me vea tan fatal que ni siquiera el mejor maquillaje del mundo tapaba tales imperfecciones.

Me preocupaba la situación en la que podíamos correr Luis y yo, pero más que todo mis hijos. Las cosas se han tornado bastante turbias con el pueblo de Francia, han corrido muchos rumores de infame odio hacia mi que están muy lejos de la verdad, sentía que no podía presentarme frente a mi gente sin recibir aquellas miradas ardientes en irá.

Llegué por fin al salón donde uno de los guardia abrió de la puerta para dejarme pasar al lugar. Trate de acomodar mi atuendo un poco y dar una mejor presencia, después de todo lidiábamos con una mujer tan oscura como el mismo lucifer.

Al entrar estaba sentado en la gran mesa del lugar Luis a esperas de mi llegada. Me dirigí a él y me senté a su lado tan rápido como pude. Él me noto mi angustia y me dio unas ligeras palmadas en la espalda, tratando de calmar. No era el hombre más cariñoso físicamente, pero era muy atento conmigo dándome la tranquilidad que necesitaba.

Al cabo de unos minutos llegaron dos guardias escoltando a la bruja más célebre de Francia. Tenía puesto uno atuendo muy desalineado, como si fueran solo trapos de tela oscuros cubriendo de su cuerpo pero no podía verla bien ya que habíamos pedido que la trajeran a escondidas con una capucha que ocultara lo más posible su apariencia. Nadie podía enterarse que habíamos traía a una bruja al palacio, sería un banquete para los manifestantes que divulgan los rumores de odio hacia la corona Francesa.

—Es un gusto conocerlos al fin delfines de Francia—Dijo la bruja despojándose de la capucha que cubría su cabeza y dejándonos al descubierto al fin su apariencia. Su piel era oscura y sus manos estaban como teñidas con pintura negra, su rostro estaba marcado con símbolos en pintura blanca, su cabello parecía estar algo quemado y tenía unas pequeñas calaveras declarante de su melena despeinada—Aunque ustedes me han llamado no siento el mismo gusto de su parte.

Luis ignoro el comentario de la bruja ya que no estábamos interesados en entablar una relación siquiera amistosa con ella. Está reunión era meramente profesional.

—Mi esposa ha estado afligida recientemente por los estragos y rumores entre la gente de Francia. Ella teme a que esto sean señales iniciales de algo peor. Te hemos solicitado a ti la conocida bruja del pozo oscuro o pozo de la serpiente para que nos puedas ilustrar con tus visiones de nuestro futuro y si la angustia de mi doncella es en vano o no.

La bruja duro unos segundos para responder.

—Bueno, creo que no tengo opción de pedir un cambio por mi información tratándose de los delfines de Francia. Después de todo si no cumplo me cortaran la cabeza por brujería.

—Si nos revelas la información que buscamos te dejaremos tranquila en tus aposentos—Contesté para demostrarle que le daríamos libertad de una condena por lo menos.

Ella sonrió ante mi proposición aunque no muy satisfecha.

—Necesitare una muestra de saliva de alguno de ustedes, me apetecería más el de la reina si no le molesta. Soy una bruja de agua, para mis conjuros necesito una pisca mi elemento y al ser una visión de alguien ajeno a mí es necesario una muestra de su ADN para ello.

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2020 ⏰

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