Ya iban 4 días desde que las chicas nuevas fueron iniciadas a su nueva vida de bebés.Iris se había adaptado rápidamente y cuando tenía leves rabietas bastaba con mostrarle la paleta para hacerla temblar y obedecer al instante, la pobre estaba traumada, y quizá en el fondo hasta le gustaba ser tratada así.
Por otro lado, Alexa, Kathe y yo dábamos una batalla cada día. No había un día que no tuviéramos la cola roja, sin embargo, por más que protestaramos, lloramos y gritaramos nadie venía a ayudarnos. Cada vez nuestra opción era más clara: debíamos escapar.
El problema era cómo, esto más que un internado parecía una prisión. Habían tres guardias por piso, dos más en cada puerta, y como si eso fuera poco estaban las brujas esas que pasaban el día cuidandolas, fingiendo que todo eso era normal.
Por lo menos sabía que no estaba sola. En el jardín de niños trataba de acercarme a Alexa y Kathe. Ya habíamos tratado de confabular y armar un plan maestro para huir, pero con base a simples balbuceos era muy complejo hablar. La maestra había estado sospechando de nosotras y siempre que nos veía juntas nos mandaba al rincón. Realmente eso era lo que mejor podía soportar.
Las brujas esas me habían lavado la boca con jabón al menos 2 veces, también me habían negado la comida un par de cenas y ni hablarles de lo pesada que tiene la mano la perra. Lo único que me hace mantener la cordura, y algo de dignidad, es que aún no he hecho del 2. Les dije que sufría de una enfermedad del estómago y me costaba hacer digestión y se lo creyeron.
Sin embargo mis mentiras no podían ser eternas, por lo que me urgía largarnos cuanto antes. Ale y Kat lo arreglaron todo, esta noche sería nuestro escape, incluso trataría los de llevarnos a Iris con nosotras.
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Cuidadora 2: —¿Cómo te fue en la escuela, bebita?¿Fuiste una niña buena para mami?- pregunta con un tono de voz empalagoso como cuando hablan con un niño pequeño. Lo pronuncia lentamente mientras coge a la pequeña Kathe por la cintura y la alza, haciéndola enredar las piernas en la cuidadora por inercia.
Katherine: — Sí.
Cuidadora 2: Le da una suave nalgada sobre el pañal como advertencia— Si qué? Mi katica ya lo hablamos. Las bebés buenas reciben mimos y las malas chas chas.
Katherine: —Yo no quiero más nalgadas.Ya no me puedo ni sentar-se queja la pobre de lo obvio
De repente dejo de oír la conversación, alguien entra a mi cuarto. Es la idiota de Claudia, pero lo que me aterra es que esta vez trajo a la caballería, viene un anciano canoso, con anteojos y gordo detrás de ella. Cuando noto que el hombre se me acerca mi cara se debe transformar en una mueca de pánico porque el hombre decide sonreír y hablarme como a una niña.
Hombre x: — Emma bonita, yo soy el doctor Alegría y vine acá porque me preocupas y quiero que seamos amigos. Mira te traje una paletita roja- El hombre misterioso(ahora sé que es el doctor) me trata de entregar la paleta pero la bruja lo detiene.
Cuidadora 1(Claudia): — Si nuestra bebé rebelde insiste en ser tratada como niña grande, así será tratada. Las niñas grandes no reciben paletas, solo medicina.- Claudia sonríe como si le causara dicha mi tortura y entonces me doy cuenta de que estaba reteniendo una lágrima.
Doctor X: — Ya ya, Emma prometo que será rápido. Tu mami encargada me comentó que no has ido al baño desde que llegaste, ¿Es eso cierto?
Silencio
El doctor suspira. Cuando las recién llegadas dan líos siempre son complicadas las cosas. Él odiaba ver qué pasara lo mismo una y otra vez. El tratamiento en cierta forma le parecía correcto en la medida que se le daba amor y comprensión a las niñas. Una niña problema es una pequeña que necesita ser escuchada y alguien que la amé, pero tantos castigos y someterlas a la fuerza le parecía burdo e innecesario. Sacudió sus pensamientos y volvió a la situación con Emma, sabía que la chica le daría problemas así que le pidió a Claudia que la sujetará de las extremidades, dejándola bien abierta de piernas y entonces le bajó el pañal.
Como era de esperarse Emma se sacudió, gritó y pataleo con una fuerza impresionante para alguien de su tamaño. El doctor le advirtió que debía calmarse o le dolería mucho más el supositorio y que si no lo recibía así sería mucho peor para ella después. Obviamente Emma hizo oidos sordos, y al estar tan tensa el procedimiento tardo poco más de media hora, media hora en la que Emma sudo y lloro porque no había sentido semejante dolor antes. Emma era virgen y el sexo no le llamaba mucho la atención, ni siquiera para masturbarse. Por ello este supositorio era la primera cosa que introducía por ahí y estaba agotada de luchar... Por hoy
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Internado abdl
General FictionEmma Collins ha sido una chica muy mala , su padrastro está cansado de su actitud rebelde y odiosa , así que la manda a un internado femenino , dónde harán que se comporte como una dama sin importar nada. A Emma se le caerá el alma a los pies cuand...