El diario personal de Samuel.

Anivia.

Me dormí en el suelo, me dijo con gracia, él había estado tratando de tener un viaje astral, algo que con facilidad suele hacer, pero lo curioso fue que esta vez no pudo. Se dejó abrazar ya cansado por un profundo sueño, ignorando todo a su alrededor, meditando acerca de sus estudios y sus metas, hasta que sintió dos brazos sostenerlo, algo así como un abrazo con un toque de polvo de estrellas, tan sutil y liviano que Samuel se estremeció.

No debes, temer, escuchó a una voz femenina susurrar. Aquella voz, me explicó con tal precisión, que casi puedo oírla, me dijo así:"era una voz suave, pero con carácter, cual valkiria en guerra, cual dulce diosa o emperatriz del universo". Reí ante sus carismáticas  comparaciones, Samuel me dijo que ella lo levantó del suelo con sus fuertes manos y lo mantuvo de pie, pero él por inercia volvía a estrellarse contra el suelo, aquella presencia, a quien Samuel llamó "Anivia", se mostró disgustada, volviéndolo a levantar, pero para su mala suerte el cuerpo que trataba de animar cayó nuevamente.

Debes levantarte y seguir, Samuel. Le dijo, él gruñó con pereza y la observó sobre su cuerpo, era una mujer de tez turquesa, con facciones de semidiós, un largo  y ondulado cabello que le alcanzaba de forma magnífica la cintura, en sus blanquecinos ropajes venían escritas las estrellas, su apariencia era majestuosa. Los ojos de  Samuel brotaron en lágrimas, ¿debía abandonar aquél confort?, se preguntó mientras escuchaba a Anivia decir muchas más adulaciones y animos para él.

Anivia besó sus labios en muestra de calidez y lo soltó, despejado su mente de toda horrible tortura, dando como resultado el despertar de aquél significativo sueño.

Su madre, una hermosa mujer de ondulados cabellos color caramelo lo observó confusa, mientras éste pedía algo para comer después de esa aventura.

—————

Hola, es el primer libro que escribo, éste cuenta las experiencias raras que le suelen pasar a Samuel.

Pero, ¿quién es Samuel?

Soy yo, bueno algo así, mi nombre es Roselia, es complicado describir esto, pero mi mente se divide en varias partes, y éste es el complejo Samuel, no me explico bien todo esto, ni como siento que soy otra persona la que escribe, solo relato las cosas desde otro punto de vista.

Creo que quiero vomitar, tengo un maldito ataque de ansiedad mientras escribo esto.

–––

Siguiente capítulo:

El cuadrúpedo...