"El otro lado de la historia."
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La mancha en la pared de enfrente de mi cama se hace cada vez más y más interesante. No puedo dejar de mirarla, aunque no esté mirando en sí eso.
Theo James.
Dos palabras, mil demonios. Lo aceptan aquí solo porque es el hijo de el esposo de la directora, que también, cabe recalcar, es la madre de Matthew.
Un rompecabezas, de las dos formas. El chico es como un jefe de pandilla, y, por así decirlo, rompe cabezas. ¿Se entiende? Rompe cabezas, rompecabezas. Ok, sigo con la narración.
Ése chico me hizo la vida imposible. Me metía en problemas por él, me manipulaba.
Pasado.
No va a pasar más.
Pero, ¿Qué voy a hacer? Soy un fideo a comparación de él. Lo recuerdo bien. Además, también está Matthew. Tengo dos problemas, y los dos son muy grandes.
-- ¡Drew! ¿Qué haces que no estás haciendo la comida? -- Mi papá abrió la puerta de una patada, causando que estalle contra la pared. -- Para eso estás aquí. ¿Qué mierda estás esperando?
-- Ya voy, padre. -- Sabía que si no me levantaba rápido, algo iba a pasar, no sabría decir qué, pero algo y yo no sería el suertudo.
La cocina no tenía mucho más que un refrigerador mini, una cocina a gas y algunos estantes.
Cómo siempre, no había nada en el refrigerador. Es gracioso, porque hay un paquete de veinte cervezas, pero nada para comer. -- No hay nada. -- Avisé.
-- Vé a comprar o roba algo, no sé, pero rápido, tengo hambre y no voy a esperar todo el día. -- Me dió dos dólares. ¿Qué voy a hacer con dos dólares?
-- ¿Dos dólares? -- Le acusé. -- ¿No era que habías ganado en esos juegos tuyos? -- Me ignoró, pero me puse delante de él. -- No puedo hacer una comida decente con dos dólares.
Me miró enojado. Bebió lo que le quedaba de la botella y la lanzó a la pared, a un lado de mí. Casi me da.
Mi padre me acaba de tirar una botella..
-- ¡¿Crees que me importa!? -- Me gritó. -- Has algo maldita sea. Si no quieres terminar como la perra de tu madre, respetame.
Me harté, cerré fuertemente mis puños. Era mi padre, y lo quería a pesar de todo. No me atrevía a pegarle, por dos razones.
Primera; soy un fideo, y creo que ya lo dije. Segunda; él había practicado boxeo, y no precisamente con un saco.
Pero no me rendía fácil. -- No, padre. Yo..
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Flor Marchita -- SIN CORREGIR --
RandomUn pueblo en dónde hay muy, pero muy pocos pobres. Un lugar marginado, pero a la vez conocido por sus grandes empresarios y por ser uno de los tantos lugares más religiosos con nueve de diez que rezan y van cada día a la iglesia. Es decir; mentes ce...