1. ¿Malo? Usted no es malo.

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«No necesito ayuda de nadie más que de mí»

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El noticiero anunció que el día sería simplemente maravilloso. Era la temporada de los árboles de Sakura, que ya empezaban a florecer, y el sol radiante que adornaba el cielo solo embellecerían más la vista, según el pronóstico, que siempre decían lo mismo al final de la emisión sobre lo acertadas que eran sus afirmaciones.

-¡Nuestros pronósticos son acertados el 99.9% por ciento de las veces! -gritó el apuesto conductor junto a su compañera señalando a la cámara con un dedo, haciendo que sonaran risas y aplausos de fondo. Ayano mordió la tostada mientras miraba el paraguas reposando junto a la puerta. Iba a tomarlo pero no lo hizo finalmente, decidió dejarlo porque por favor, ¿qué podría pasar con este calor si el cielo estaba tan claro y no había ni una sola nube a la vista?

Entonces, ese día sería el 00,1% por ciento de las veces que el noticiero se equivocaba. En Akademi High School nadie había llevado abrigo o siquiera un paraguas, porque todos habían creído en "la radiante vista de los cerezos florecer acompañados del lienzo azul del cielo y el brillo del sol" y no se detuvieron a pensar que, ni por casualidad, el noticiero se habría equivocado horriblemente.

Desde las tres de la tarde el cielo había adquirido un tono plomizo, como si le hubieran drenado todo el color tan lindo de azul que tuvo en la mañana. Había un olor a tierra y humedad que persistía en el aire, igual que un viento feroz que a partir de las cuatro parecía querer mandar a volar a todo y todos en la ciudad. Se les ocurrió decir, aunque fuese tarde para ello, que una tormenta se acercaba y lo mejor sería que los estudiantes que tuvieran clases de tarde volvieran a sus hogares igual que los trabajadores, por lo que los profesores no tardaron en recoger gustosamente sus pertenencias y, en el caso de aquellos que las vidas de sus estudiantes les valían lo mismo que su sueldo, fueron los primeros en atravesar las puertas.

Ella estaba observando a la profesora cuando una junior de 1-B entró para avisarles que debían irse por orden del director. Se había dispuesto a recoger sus cosas lentamente, aprovechando la distracción, dibujando un rostro en su mente y acariciando por encima de su falda el mango de madera de un cuchillo que esperaba ser usado.

-¡Resuelvan los ejercicios desde la página 10 a la 20! ¡Los últimos cinco irán para la prueba de la próxima semana! -gritó su profesora, esperando a que salieran uno por uno.

-Llevaré el reporte -dijo en un murmuro, alzando la carpeta. La profesora la miró unos segundos hasta asentir.

-Deslízala bajo la puerta, creo que los chicos del consejo estudiantil ya cerraron el aula -dijo, y se fue rápidamente, cerrando la puerta tras de ambas.

La profesora fue hacia la dirección opuesta a la suya, por lo que corrió hacia las escaleras cuando estuvo fuera de su vista. El salón 3-A no salía todavía, se dijo cuando vio la escasa cantidad de estudiantes en el piso inferior, y al pasar junto a la puerta de la oficina deslizó la carpeta bajo la misma.

Su teléfono vibró en su bolsillo. Lo extrajo y leyó, con una expresión indiferente en su rostro.

La clase 3-1 ya salió, están en las escaleras de tu pasillo. Ryugoku ya está yéndose.

-Info-kun.

Guardó el móvil en su bolsillo y giró la cabeza hacia la derecha. Cómo dijo Info-kun, los pasos de los estudiantes eran audibles hasta que los vio asomarse y girar para seguir bajando las escaleras, apresurados para irse. Divisó la mata de cabello negro de Taro Yamada y una suave sonrisa salió en su rostro, y sus ojos se negaron a despegarse del muchacho que guardaba un libro en su mochila mientras bajaba las escaleras.

Princess [Yandere's Harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora