Capítulo 3

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R e g r e s o i n v e r s o.

—No sabía que regresarías tan pronto, mucho menos con esa intenció,Alan Sylvasta.

Alan venía encapuchado, tras escuchar su nombre se quito la capucha para dejarse ver, tal como se fue. Con ese peinado arreglado y esa cara neutra y al parecer como si hubiese tenido algún tipo de revelación, parecía alguien 'nuevo', su ropa en vez de la lujosa que vestía antes de irse, ahora tenia algo casual una camisa azul de puntos blancos y unos pantalones negros, aunque no se notaran tanto por la capucha puesta.

—Créame Alcaldesa, soy alguien totalmente nuevo, solo quiero enmendar todo lo que cause, lo juro -dijo sentándose frente ella.

—¿Lo jura? ¿Usted? -dijo en duda evidentemente- pensé que querría irse a enmendar sus errores en otro lado.

—Después de pensarlo mucho tiempo, eh decidido que sería mejor hacerlo donde cause mas daño, Supongo que le falta un medico en Cenmedi, ¿no es cierto?

—Con todo respeto, después de lo sucedido, no podemos confiar en usted -dijo firme la alcaldesa a Alan que suspiro y le tendió una tableta, con un pequeño punto amarillo en el- ¿que es esto?.

—Lo que ve -dijo Alan serio- un rastreador, claramente aun duda de mi, y como culparla. Le daré esto, asi sabrá en donde estoy, a que hora y lo que usted puede ver.

La alcaldesa lo tomó dudosamente observando que eran ciertas las palabras de Alan hacia su monitoreo. No podía ver si tramaba algo, quería saber si seguía con el mismo plan de su 'recuperación', lo siguiente que hizo fue suspirar y dejar la tableta de lado.

—Si es asi, supongo que ni puedo negarme. Todo Beastman es bienvenido a Anima City mientras no cometa terrorismo, ni ataques Alan -remarcó lo último.

—No se arrepentirá alcaldesa, en cuanto mi estadía me gustaría a alguien en particular.

—Creo que no puede pedir condiciones, Señor Sylvasta -la alcaldesa alzo la ceja.

—No es para lo que cree, es para poder tener a alguien que guíe y cuide. De hecho debe saber a quien tengo en mente.

—¿Por que no hablamos antes de tomar esa decisión? -preguntó la Alcaldesa para seguir hablando con Alan.

—Michiru, Shirou, ¿donde estaban los dos? -Melissa los estaba regañando ya con los platos servidos en la mesa- se perdieron el desayuno y ni siquiera llamaron. ¿Saben que preocupada estaba?

—Lo siento Señora Melissa.

—Lo siento.

Ambos se disculparon mientras empezaban a comer, en lo que Michiru noto que el señor Jem no se encontraba en la habitación y al parecer menos en el edificio.

—¿Y el señor Jem? -preguntó Michiru.

—Oh el salió, de hecho también saldré, iré a ver a mi hermana.

Le entraron nervios a Michiru, y Shirou la miro de reojo, mientras terminaba de comer.

—De hecho, ya tengo que irme llendo. Tal vez llegue en dos o tres horas -dijo mientras tomaba su bolso.

—Les dejo la casa a el cuidado, chicos.

—Adiós -dijo Shirou.

—¡Eh! -Michiru no encontro que decir y se quedo callada nuevamente y se levanto lentamente de la mesa- creo que iré a dormir.

—Son las 3:00 de la tarde.

—B-bueno, tengo mucho sueño -fingió un bostezo mientras Shirou solo la miraba.

 T U   A R O M ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora