sospechas

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SOSPECHAS

Era la primera vez que estaba aquí

El gimnasio era enorme, casi podría decir que era una arena por lo inmenso que era, con un techo muy alto y gente gritando en todos lados.

Yo destacaba mucho entre todas las personas que se encontraban ahí por mi vestimenta, todos vestían con ropa liguera y entallada, mientras que yo iba con uno pantalones de mezclilla y mi enorme chaqueta por el frio que hacia fuera del edifico.

Me dirigí hacia las gradas, puse mi mochila a mi lado y luego me quite mi abrigo, que por la calefacción que había dentro no era necesario, así que solo quede con mi blusa de manga larga color caqui, también sujete mi cabello con una pinza que traía en la mochila.

Me seguía maravillando lo grande que era este edificio, había alrededor de unas 50 personas practicando y otras 15 que parecían ser profesores o entrenadores, lo sabía porque eran las personas que gritaban como desquiciados.

Había tanto hombres como mujeres habiendo piruetas, lanzándose de una barra a otra, incluso corriendo al redor de las pistas o escenarios.

Centre mi atención en un solo evento, recordé Regem participaba en la barra fija, visualicé unas barras, pero al ver que solo había mujeres cambie de evento hasta que lo encontré, aunque estaba parado en una fila, esperando su turno para correr o algo parecido, donde pude ver que los otros corrían para saltar lo que creo que se llama caballete, aunque no estoy muy segura. Estaba hablando con unos chicos mientras avanzaba la fila, pude reconocer a algunos de ellos, no sabía sus nombres, pero los había visto en sus fotos en las ocasiones que había esculcado en su perfil.

Viéndolo ahora, comprendo porque fue difícil verlo en un principio.

Era pequeño.

En estatura era obvio no, él era (junto a toda su familia) una de las personas más altas que conocía, incluso un poco más que la mayoría que estaba aquí, pero, a diferencia que sus compañeros, sus hombros eran pequeños, su espalda tampoco era tan ancha, su cuerpo era más balanceado que el del resto donde su masa corporal se presentaba más en sus brazos. Era pequeño.

Al darme cuenta de ello mi ceño se frunció un poco y la curiosidad entro de nuevo en mi ser.

Fue su turno, tomo un poco de ese polvo blanco estaba en una bandeja de plástico en el piso, sacudió el exceso, estiro un poco su cuello, dio un pequeño salto y empezó a correr. Era rápido, salto el caballete dio dos vueltas o tal vez tres y cayó limpiamente en la colchoneta la final de la pista, estiro los brazos y bajo de la colchoneta, un señor se acercó a él, me imagino que, para corregirlo, luego por un momento su vista se posó en mí, aunque estaba un poco lejos pude ver como sus mejillas se sonrojaban un poco y como las comisuras de sus labios se curveaban hacia arriba.

Hablo un momento más con el sujeto antes de ir otra de las partes para seguir entrenado.

Lo seguí con la mirada, ahora estaba en lo que creó que si eran la barra fija.

En ese sitio no había demasiados estudiantes, solo él y otros 2, los tres tenían lo que parecían vendas en las muñecas y parte del antebrazo, solo que la de Reg llegaba hasta el codo en su brazo izquierdo, el resto de los deportistas solo tenían hasta las muñecas.

Uno de los que se encontraban en esa disciplina subió a la barra, cada uno de sus músculos se tensaban con cada movimiento que hacía, incluso por un momento al mantenerse en una posición donde sus brazos están extendidos y sus pies eran los que estaban arriba, podía ver la cara de sufrimiento que ponía y al dar la última vuelta perder el equilibrio al aterrizar, lo mismo paso con el otro muchacho, pero al ser el turno de Regem lo hizo con tanta elegancia que realmente hasta yo que era una completa ignorante en el deporte sabía que era casi imposible y más porque aparentaba que todo el esfuerzo que ponía no se reflejaba en su cuerpo, o no parecía estar agotado como el resto.

Algo no estaba bien

No quería volver a desconfiar, pero... Algo no estaba bien

Me puse mi abrigo de nuevo y decidí salir de ahí, perdiendo de vista a Regem quien me imaginaba que seguiría entrenado, creo que no fue muy buena idea venir.

Cuando llegué al fin de las gradas, pude ver como Regem se dirigía a mí, acomodé de mejor mi mochila y esperé a que se acercara.

-No creí que vinieras- dijo con una sonrisa en su rostro

-Es interesante este deporte

-Lo es, solo me molesta ver como se les entallan los pantalones a mis compañeros, es horrendo- solté una risa tras su comentario luego de que el hiciera una cara de asco junto a eso- Termine por hoy, dame 5 minutos y estoy listo para hacer lo que tú quieras

- ¿Lo que yo quiera? - enrede mis manos en su pelo y lo atraje hacia mí

- lo que quieras- respondió poniendo sus manos enrollando mi cintura

Lo observe por unos segundos apenas un pequeño rastro de sudor cubría su rostro, me concentre en que se encontraba en su frente y por un momento me llego un olor que rápidamente se intensifico.

Me acerque aún más a él rozando mi nariz en su cuello,

- ¿Es talco lo que tienes en tus manos?

-Algo así ¿Por qué?

-Hueles a bebe- dije sin quitar mi rostro de cuello

- ¿Qué?

-Si, a una mezcla de manzanilla con miel, me gusta

Me gustaba demasiado

Me aleje de él, sintiéndome de repente un poco incomoda.

-Te espero aquí

-En seguida regreso- dijo rápido y se fue a lo que me imagino era a ducharse.

Me sentía un poco mareada al perder su presencia. Después de lo que paso con la policía no quería seguir haciéndome ideas en la cabeza.

Regem era muy fuerte, tenía una resistencia impresionante y ahora, tenía algo que me hacía sentir peligrosamente atraída por él.

***

Ya va a empezar lo bueno.

ManjarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora