Capítulo. 2

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'El Oso'

-Inu…Inuyasha…-la voz de kagome resonó suave, en alguna parte de la espesura del bosque.

-¿Ka...Kagome?- Inuyasha respondió con un dejé de nerviosismo, el sol brillaba aún en lo alto del cielo

-No… no puedo hacerlo…- ella tragó con dificultad.- de verdad que no puedo… Por más que me prometas que no vas a mirarme ¡ME DA VERGÜENZA!

-¿pero que acaso…? ¡Maldición Tú me dijiste que si querías!

-¡no me grites que me pones más nerviosa,!- Kagome se empezó a exasperar.– ¡además Inuyasha esto es tu culpa!

-¿Mi culpa, fuiste tu la que quería hacer 'esto'…?

-¡Si, pero fuiste tu el que me dio ganas!

-¿Cómo que te di ganas MUJER?

-¡Si, tu me empezaste a hablar de todas esas cosas!

-¿pero que cosas?- ahora la voz de inuyasha sonaba ofuscada, encolerizada, y MUY confundida.

-bah, déjalo…

-….¿y lo vas a hacer si o no?

-¡AHHHH, INUUUYASHAAAAAAAAAAAAA!- varios pájaros de los alrededores salieron volando a tal imprevisto grito- es peor así, mejor hay que irnos, más tarde me darán ganas…

-Mira como eres, hacer todo este lío por que querías ir al baño… ¿y me dices que ya se te fueron las ganas?.

-ya no fastides y ¡CAMINA!- Kagome salía de atrás de una espesa mata, jalando por las esposas a un Inuyasha sumamente colorado, y así empezaron a caminar nuevamente, a paso apurado.

-¡Keh!- Inuyasha miraba al frente, intentando concentrar su vista en cualquier cosa menos en Kagome, habían pasado ya como 3 horas desde que empezaron a caminar, a ese paso podrían llegar en menos de dos días, pero… ¿el aguantaría dos días?, su mirada dorada se volvió a desviar hacia ella, y volvió a fijar su vista en su blanco cuello ¿a que sabría, debería tener el sabor más exquisito del mundo… sentía una enorme necesidad de parar en ese mismo instante y besarle, lamerle, y dejar allí en esa zona, su marca, una que le diría a todo el mundo que ella era solo suya… un suave gruñido de excitación se extendió por su garganta, sin poder retenerlo.

-¿te encuentras bien, Inuyasha?- aquel gruñido alertó a Kagome, e instintivamente se pegó más a él, mirando a los alrededores con preocupación - ¿se acerca un monstro?

mierda, me escucho ¡PERO QUE DIABLOS ME PASA!»– su respiración estaba agitada, intentaba calmarse lo más rápido posible, antes de ponerse se descubierto, pero en eso sintió algo suave que se pegaba contra su brazo izquierdo, giró sus ojos inmediatamente hacia esa zona, y el rojo de su cara ahora se comparaba con la de su haori, tenía a Kagome abrazada de su brazo, recostando toda su "parte delantera" sobre el… otro gruñido salió de su garganta, eran increíblemente suaves…

-¿Inuyasha?- Kagome lo miró a los ojos, a esos ojos dorados, que estaba… ¿mirándola con deseo?..

-…- Inuyasha no respondió, pero se empezó a acercar peligrosamente a su rostro, el rojo de la cara de Kagome se hizo presente, -«¿acaso me va besar?»- pero Inuyasha se desvió hacia su cuello, donde se detuvo, primero, olió con fuerza, para después rozar suavemente sus labios, el cuerpo de Kagome tembló levemente, no podía creer lo que Inuyasha estaba haciendo, en eso, sintió algo húmedo rozarle, Inuyasha la estaba lamiendo…- Inu..yasha..- eso era excitante… Kagome no pudo reprimir un gemido, las peludas orejas de Inuyasha se movieron al escuchar su nombre, como un detonante ¿eso significaba que...podía seguir? Inuyasha profundizó el beso en su cuello… sabía dulce… Kagome sintió que las rodillas le flaqueaban, y se tuvo que coger del haori rojo de Inuyasha, cuando en eso un grito desgarrador provino del bosque.

Encadenado a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora