Dulce Travesura 《EXO》

XXXV

Cuando se subieron al auto y escuchó las indicaciones que KyungSoo le daba para poder llegar a aquel lugar, JongIn se sintió extraño. A medida que iban atravesando las calles y con las charlas amenas con su querido jefe, había llegado al lugar donde se suponía estaba Wu Zitao, pero ahí había muchas más preguntas para JongIn, quien miraba sorprendido el lugar... Después de todo, estábamos hablando de la casa de Kim Junmyeon, Suho, su hyung.

+Ah, ¿Qué ocurre JongIn-Ah?--- ya habían bajado del automóvil cuando KyungSoo tomó la mano de JongIn, sorprendiendolo--- ¿Me acompañarás?--- en ese momento no sabía si era correcto volver a preguntar si la dirección era correcta, tampoco se sintío correcto querer interrogar al mayor de los Wu del por qué su madre estaba aquí, y otra vez había muchas más dudas en JongIn, quién comenzaba a creer que la familia Wu no era tan sencilla y con poco problemas. Al atravesar la puerta de aquella cosa todo en su cabeza gritaba "Alerta" porque sabía que después de la charla que tendría KyungSoo con Wu Zitao, las cosas se pondrían mucho más tensas de la que ya estaban.

Las tazas de café caliente estaban frente a ellos, humeantes y con un lindo color oscuro... "casi como mi color de piel" pensó JongIn mientras se reía por la estupidez que acabo de pensar. A su lado estaba KyungSoo, bebiendo del café mientras charlaba con Zitao, su madre, de cualquier tontera que había pasado estos días, intentando que aquel extraño ambiente se esfumara para así poder hablar de lo que verdaderamente importaba allí.

Para JongIn, quién era nada más y nada menos que un espectador allí, sentir la mirada de Zitao era extraño. Parecía que miles de flechas se estaban clavando en su cuerpo con muchas preguntas como "¿tú que haces aquí"?, "¿quién te dijo que puedes estar sentado en la misma mesa que nosotros?", "¿por qué estás tan cerca de mi hijo?" y muchas más, todas clavándose en lugares que JongIn sentía arder, sintiéndose como un tonto que se está creyendo un papel que no le corresponde, por eso, cuando sintió las manos de KyungSoo tomar la suya, justo frente a la inquisidora mirada de Zitao, se sintió desfallecer.

+No tienes de qué preocuparte, JongIn-ah..--- la sonrisa gigante del mayor de los Wu entibió tanto su corazón que sus mejillas se sonrojaron,no sabía si era de la alegría que sentía o de la vergüenza de parecer un cachorrito frente a Zitao--- No hay necesidad de que lo mires así, omma..--- continuó diciendo KyungSoo mientras seguía bebiendo de su café y sin quitar su mano de la de su chofer--- JongIn está aquí porque yo se lo pedí, ¿tienes algún problema con eso?

+Solo... ¿puedo hacerte una pregunta?--- las palabras que salieron de Zitao en ese momento fueron tambaleantes, como si fuera que estaba indeciso de querer decir algo, incluso JongIn se sorprendió de que aquello se dirigiera hacia él, así que pasando un poco de saliva, asintió--- ¿Tu amas a mi hijo, cierto?--- parecían dos niños que acabaron siendo descubiertos luego de haber hecho una gran travesura. Dos niños asustados, no por sus sentimientos, si no por lo que pudiera decir Zitao.

+¿Omma?--- KyungSoo intento mantener la calma, dejando la taza de café sobre la mesa y con su mano temblando, siendo rápidamente sostenida por JongIn, quién lo miró con una gran sonrisa, intentando calmarlo.

+Soy quién te trajo a la vida, KyungSoo. Sabía que había algo entre ustedes hace muchísimo tiempo-- sonrío Zitao--- Para mí fue muy duro saber que mi hijo se comprometió con alguien a quién no amaba... Pero estoy feliz de que hayas conocido a quién verdaderamente te ama, Soo .--- la voz de Zitao temblaba mientras las lágrimas en sus ojos se iban acumulando. Allí, frente a sus ojos, estaban dos personas que claramente se amaban, dos personas que le hacían frente a una situación más, tal vez con miedo al rechazo y al qué dirán, pero esas manos unidas que veía parecían dispuestas a enfrentar todo y a todos.