1 de mayo de 1914, París
Estimado Emilio,
¿Cómo estáis? ¿Qué tal se encuentra Cinta?
Mi motivación para escribirte viene dada por tu hermana. Está muy feliz aquí conmigo, con sus clases y todo lo bohemio que ofrece esta ciudad. Pero la noto triste y no solo por la preocupación que siente por vosotros y el bebé, sino por estar lejos de su familia. Todavía en Acacias estaba Felicia, aunque no estuvieran en sus mejores momentos, y Anabel, pero aquí no estáis ninguno. No me lo dice para no hacerme sentir mal, pero os necesita.
Ahora por supuesto no es momento, sin embargo, más adelante, me gustaría que aceptarais venir a vernos. No tendréis que preocuparos por el dinero, yo os pagaría el billete. Créeme, Emilio, que lo hago de buen agrado.
Espero que todo se estabilice y podamos tener ese encuentro, que será sorpresa para Camino, por ello espero tu discreción cuando la escribas.
Un abrazo para todos
Atentamente,
Maite Zaldúa
15 de mayo de 1914, Buenos Aires
Estimada señorita Zaldúa,
Gracias por preocuparse por la salud de mi mujer. Todo está mucho mejor, solo fue un pequeño susto, y ahora el embarazo sigue su curso.
Con relación a Camino, puedo entenderla a pesar de que nosotros estamos acompañados por los padres de Cinta y Alodia, la echamos de menos. Dice mucho de usted su proposición, y nos negaríamos aceptar esos billetes sino fuera porque sé que insistirá lo que sea necesario. En cuanto todo se calme me comunicaré con usted para ultimar los detalles del viaje.
Quería comentarle que tanto Camino como nuestra madre me contaron lo sucedido estos meses hasta vuestra llegada a París. Que Felicia diera ese paso no lo esperaba, pero la comprendo. Cuando Cinta y yo nos marchamos, dejé a Camino en manos de Ildefonso pensando que, dentro de lo malo, sería lo mejor para ella. No imaginaba el calvario que eso supondría para mi hermana...
Mi madre no llegó a contarme, supongo que, para evitar preocuparme más, que Camino amenazó con quitarse la vida a consecuencia del profundo pozo en el que estaba. Mi propia hermana me lo confesó hace unas semanas. Aquella revelación me dolió porque todo eso estaba sucediendo y yo no pude hacer nada. Solo había una persona que podía salvarla, y esa era usted señorita Maite.
Tengo que reconocer que con respecto a su relación he tenido reticencias. Por un lado, todo lo que supone en la sociedad en la que vivimos un amor así, y la educación que hemos recibido. Por otro lado, está la felicidad de mi hermana. Yo lo veía, los momentos más felices de ella fueron estando usted en el barrio, a pesar de los sinsabores que también acontecieron. Camino cambió, maduró y aprendió de su mano, no solo de arte, sino también de la vida.
Pintar y estar a su lado es lo que a ella le alegraba la vida, y yo a pesar de mi preocupación la quiero, y si su destino es dedicarse a la pintura, exponer en galerías, codearse con afamados artistas y todo ello hacerlo al lado de la persona que ama y que la ama ¿Quién soy yo para interponerme?
He tardado en aceptarlo, pero aprecio en sus cartas la felicidad que experimenta viviendo con usted y solo deseo que siga así. Se lo merece.
Gracias por cuidar de ella.
Un abrazo
Atentamente
Emilio Pasamar
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Tu felicidad es la mía
RomanceMaite y Camino están en París, viviendo su vida de ensueño. Pero no es oro todo lo que reluce, vivir en la capital francesa supone dejar cosas atrás. One shot Maitino Los derechos de los personajes no me pertenecen, les corresponden Acacias 38 y bo...