El presente (Original).

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↬ Contenido g!p; Tzuyu g!p
↬ BDSM ligero.
↬ Escena explícita.

° ° °

El chasquido del cuero impactando dolorosamente contra la piel blanquecina resonó por la sala, pero no hubo ningún quejido audible por parte de quien recibió la tortura. Ella no lo tenía permitido.

La chica de rasgos taiwaneses observó con genuino interés su creación en el cuerpo de su protegida y cómo no iba a dejar de ser cautivador si la contraría estaba apoyada sobre sus rodillas con las manos atadas, pero con su torso posicionado horizontalmente con relación al suelo alfombrado y su trasero ardiendo no solo por el ardor que podría generar la paleta que usaba en su cuerpo sino por el color rojizo que habían tomado sus posaderas desde el primer golpe.

La palma de su mano rodeó la circunferencia de la nalga maltratada, sus dedos dieron una suave caricia en la piel suave bajo su toque para luego ceñirse a esa zona estrujando el glúteo de una forma que no transmitió con su voz, pero para su sumisa, era posesiva. Cada acción tiene una reacción y en este caso, Tzuyu logró escuchar una exclamación por parte de la japonesa.

- Estoy segura que fui bastante clara sobre lo que podías hacer. - Dijo con tono calmado. No necesitaba alzar la voz, no con ella. - Tendré que ser más severa contigo. - Su mano ahora bajo hasta la vagina a su disposición, tocando los pliegues sonrosados que ahora estaban húmedos. - Tu cuerpo te traiciona.

Ahora un jadeo fue el que se escuchó por parte de la japonesa con la cabeza gacha, por su parte Tzuyu se alejó un poco buscando tener mejor ángulo para lo que iba a hacer. Giro el mango de la paleta entre sus dedos un poco ansiosa por lo que venía y prueba de ello era que portaba una semi erección atrapada en sus pantalones. Solía controlarse muy bien en el pasado, pero con Sana era muy diferente. Una exquisita excepción se podría decir.

Algo importante tanto para ella como para Sana era el saber comportarse según la situación, simplemente no podía dejarse llevar por el momento. No, tenía que saber leer a su protegida y saber qué hacer para desencadenar cierta respuesta. Está vez no fue la excepción ya que no procedió a su accionar inmediatamente, algo no tan recomendable en cualquier situación que busque satisfacción. Se regocijo con el anhelo de Sana al negarle durante un minuto fijo cualquier indicio de su siguiente acción y como esperaba, la respiración de la contraria empezó a ser notoria ante el movimiento de su caja torácica. La japonesa podría soportar otro minuto así pensó Tzuyy antes de tomarse su tiempo para desabotonar su camisa y quitársela dejándola en el sillón junto con la paleta que cambió por un flogger* que había escogido para la ocasión. Si alguien llegará a su hogar en ese momento se encontraría una escena de lo más interesante ante la evidente desnudez de Sana con su restricción de movimiento y además, con el artefacto inusual que portaba Tzuyu en su mano derecha.

La taiwanesa por mera costumbre llevo uno su brazo detrás de su espalda adquiriendo una postura militar unos segundos mientras se preparaba, el conjunto que era su extremidad superior se movió con rapidez y el cuero del látigo con tiras trenzadas cortó el aire en su camino hasta la piel de Sana. Tzuyu notó como el cuerpo de la japonesa se ponía rígido un instante para luego relajarse cuando hizo las tiras de cuero pasaran suavemente por todo la parte trasera de Sana y con brevedad cerca de su ingle. Tomó un poco de impulso con su brazo y dejo ir las puntas del látigo contra el centro de la sumisa. Un gemido ahogado fue el causante de que continuará la flagelación en las posaderas e inicio de los muslos de Sana.

Tzuyu no veía necesario excederse con la fuerza con la que aplicaba el castigo ya que la previa irritación en la piel de Minatozaki hacía todo el trabajo y por muy irónico que fuera no le gustaban los feos moretones o laceraciones que podían quedar en el cuerpo de su protegida al flagelarla sin medida, apreciaba el arte de lo que era manipular los sentidos de Sana físicamente. Por lo anterior y sin que la japonesa tuviera idea ya sea por su posición o porque no lo había realizado antes azotó la planta de los pies de la contraria donde rápidamente se observó como sus dedos se doblaban, pero no movía sus piernas más que eso también aparentando control.

My Dear Sana [Satzu] | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora