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Los últimos meses habían sido los mejores de su vida, sentía como sus ganas de vivir regresaban con mucha fuerza.

Su jefe era toda una galleta de animalito cuando se lo proponía, rudo y tosco por fuera pero dulce y suave cuando te animas a probarlo.

Todos en la mansión notaban el gran cambio de actitud del ensombrerado: 5.0.5 ya no era usado como bola antiestrés, demencia era recompensada por su trabajo y los Hat Bots dejaron de ser utilizados como sujetos de pruebas para el Resort. Pero más importante y sorprendente aún, Flug descansaba más, sonreía sin parar, se la pasaba de mejor humor en su ambiente laboral... El fue el más beneficiado.

Por su parte, Demencia se dio por vencida, ella jamás había perdido una batalla hasta ese día... Perdió el corazón de Black Hat el cual se lo dejaría al nerd, el lo necesita mas que Ella... Además quería verlos hacer el sin respeto pero ese era otro asunto.

El osito estaba feliz de que todo fuera alegría y arcoiris como en sus dibujos. ¡Finalmente tendría papá y mamá!... ¿O quizás papá y papá? ¡A quien le importa! Eran una familia... Una muy extraña pero al final del día lo eran.

Sin embargo no todo era galletas de animalitos y café de olla. Había un miembro en la mansión que sufría todos los días, se pasaba noches enteras en vela y tardes sin descanso alguno, constantemente sentía dolores en su tórax y confusión en su cabeza. Cada día era una tortura, sin embargo esa tortura le agradaba.

Tocó la puerta —¿Señor? ¿Puedo pasar?—

—adelante— respondió, pronto el joven entró a la oficina —Ya le dije que no necesita tocar doctor—

El joven río —lo se señor pero ya se me quedó la costumbre, es como una formalidad— traía consigo el papeleo semanal del cual se debía encargar su jefe dado a que muchos textos estaban escritos en idiomas extraños —En fin, está semana fue tranquila así que hay poco papeleo, si gusta puedo ayudarlo jefecin— ofreció

Black Hat lo pensó un poco, el chico solo dominaba idiomas humanos así que no sería útil. Sin embargo su presencia lo relajaba y le ayudaba a olvidar su pesar, necesitaba inventar una excusa para que el doctor se quedara —si, necesito que me ayude ah... A ordenar las carpetas de los reportes de ayer— inventó una tarea absurdamente simple.

Flug conocía a su jefe mejor que a si mismo. Sabía que quería que se quedara, se hizo el tonto y sonrió bajo la bolsa —Lo que usted ordene señor— Se sentó en una silla a su lado y comenzó con su tarea

Estaban trabajando en silencio, Black Hat leyendo los papeles y Flug ordenando carpetas, a pesar de ello el ambiente no era incómodo, al contrario, el silencio resultaba reconfortante para ambos.

Inconscientemente el doctor comenzó a tararear una canción, vieja pero hermosa disfrutaba de cada nota que salía de su garganta y era ahogada en sus labios cerrados.

Black Hat no tardó en acompañarlo chocando su puño contra el escritorio al ritmo de la canción. Rió entre dientes y continuó chasqueando con su otra mano.
Flug emocionado miro a su jefe con complicidad y tarareo más alto, moviendo su cabeza de arriba a abajo.

El demonio dejo de lado su orgullo y el Papaleo comenzando a cantar  —Des nuits d'amour a ne plus en finir Un grand bonheur qui prend sa place Des enuis des chagrins, des phases Heureux, heureux pour mourir~

Flug rió, la voz ronca de su jefe sonaba graciosa comparada con el tipo de canción que cantaba, por primera vez se animó a cantar. Juntó todo el valor posible y siguió la letra —Quand il me prend dans ses bras Il me parle tout bas, Je vois la vie en rose~

Black Hat, enternecido por la chillona y un tanto desafinada voz del embolsado continuó —Il me dit des mots d'amour, Des mots de tous les jours, Et ca me fait quelque chose~—

—Il est entre dans mon coeur Une part de bonheur Don't je connais la cause~— Respondió el científico ordenando las carpetas

C'est toi pour moi. Moi pour toi
Dans la vie, Il me l'a dit, l'a jure pour la vie~— cantó el Lord consumido por la música

Ambos se miraron, venía el gran final y no iban a desperdiciarlo. Tomaron aire y cantaron al unísono —Et des que je l'apercois Alors je sens en moi Mon coeur qui bat~

Volvió a tomar aire, tenía mucho tiempo que no cantaba. No podía si quiera recordar cuando fue la última vez que lo hizo. Miró al doctor con una cálida sensación. Estaba descubriendo un sentimiento nuevo.

Terminó de acomodar las carpetas —Listo ¿Necesita ayuda con algo más mi Lord?—

—Eh... No, eso es todo— balbuceó

—Esta bien señor— camino hacia la salida —Y disculpe por lo de hace rato, lo desconcentré y...—

Fue interrumpido por el ensombrerado —Esta bien doctor, el cantar con usted me ayudó a aliviar mis constantes malestares. Se lo agradezco—

Flug se sonrojó —Gracias a usted por no deschavetarme— rió —En fin, nos vemos después para nuestra clase diaria señor— dijo y salió de la oficina para continuar su trabajo

Black Hat regreso a su asiento, otra vez ese malestar. Ese dolor en el pecho, esa dificultad para respirar... ¿Podría ser acaso una enfermedad? Eso era improbable, era un demonio y los demonios no se enferman. Le preguntaría a su doctor al siguiente día, por ahora solo quería esperar la preciada hora en la que Flug iría a darle "clases".

Mientras tanto el osito tarareaba la canción que escucho que su papá cantaba —Baw, Baw Baw Baw Baw Baw~— 5.0.5 era el mas brillante de la mansión, ya se habia dado cuenta de lo que sucedía y esperaba ansioso el desenlace de esta serie de acontecimientos...

¡AY VIRGENCITA! [PaperHat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora