happy end. NARUSASU

at least.

Si debía ser sincero, debía admitir que no esperaba vivir tantos años. Pero, después de todo, los miembros del clan Uzumaki gozaron siempre de una gran longevidad, aunque Naruto siempre había pensado que su muerte se daría de forma épica en una pelea por defender a la aldea, a sus amigos o a su familia. Pero bueno, ¿quién decía que no? 85 años no eran nada, aún estaba a tiempo de tener su muerte digna de un héroe. Al menos eso le gustaba pensar, pero vamos, después de todo lo que había vivido una muerte tranquila tampoco estaría mal.

—Papá, ¿me estás escuchando? —. La dulce voz de su querida hija lo sacó de sus pensamientos, donde había estado vagando de seguro desde hace un buen rato. Y vaya que lo había hecho, porque ni siquiera había notado el gran tazón de ramen frente a él, que al verlo sonrió ampliamente hacía su hija.

—Creí que no me permitirían comerlo más —. Preguntó sin dejar de sonreír, mientras Himawari esbozaba también una pequeña sonrisa cómplice.

—¿Y me vas a decir que ibas a cumplir con lo que te dijeron? Además, uno cada cierto tiempo no hace daño —. Se excusó su hija, como si no fuera nada, le gustaba consentir a su viejo padre —Sólo no digas nada —. Y colocó su dedo índice frente a sus labios, reforzando la indicación de guardar silencio, a la cual su padre simplemente asintió.

Él no se quejaría de que su pequeña hija le preparara un gran plato de ramen cada cierto tiempo, le gustaba esos detalles que tenía con él, además de que tenía un gran talento en la cocina, como lo había tenido su madre en su tiempo. Aunque bueno, su pequeña ya no era tan pequeña. Comenzó a comer acompañado de su hija, quien se sentó frente a él a comer también. 

—Date prisa papi, para que puedas ir a ver al tío Shikamaru —. En medio de la comida recordó la mujer, a lo que Naruto asintió.

—Sabía que tenía que hacer algo importante hoy —. Respondió Naruto aliviado de que Himawari estuviera ahí con él para recordarle, y eso que esta mañana había pensado en ir a ver a su amigo. 

Si bien el rubio ya era de por sí distraído, con la edad había empeorado, por lo que constantemente agradecía que Himawari no lo dejara mucho tiempo solo, o quién sabe qué sería de él. Boruto era otro caso, aunque hace mucho que su relación estaba bien, como el ninja de élite que era su primogénito, estaba demasiado ocupado como para visitarlo, así que no podía verlo tan seguido; a Naruto le gustaba pensar que ese era su karma. Hinata había muerto hace varios años ya, durante un ataque a la aldea en el que buscó proteger a Himawari a toda costa. Y por suerte así lo logró, pero sus heridas fueron demasiadas severas y lamentablemente el equipo médico no llegó a tiempo. Por otra parte, ya eran pocos sus amigos que seguían en este mundo, la mayoría falleció por vejez o causas naturales, y algunos otros pocos murieron en su deber protegiendo a la aldea. Shikamaru era de los pocos que continuaban con vida, pero no todos eran Naruto Uzumaki para vivir los 80 como si fueran los 60, esa era la razón por la que era importante visitarlo pronto. Se preguntaran por Sasuke, pues él seguía siendo tan asocial como era su costumbre, casi se había vuelto un ermitaño, pero por supuesto que Naruto lo obligaba a pasar tiempo juntos. Sakura también continuaba en este mundo y gracias al byakugō también podía conservarse con bastante energía, pero hace algunos años que ella y Sasuke se habían divorciado, aunque la pelirrosa había estado algo resentida a pesar de ser quien tomó la decisión del divorcio, logró superarlo y seguían siendo amigos los tres, pero ya no vivía con el azabache.

Más tarde que pronto, terminaron de comer y salieron de la casa para encaminarse a la de los Nara, caminando con su brazo entrelazado con el de su hija. A decir verdad, Naruto nunca fue del tipo cursi o empalagoso, al menos no lo había sido con Hinata. Sin embargo, su hija casi le exigía serlo con ella, a lo que él claramente no podía oponerse. Tampoco era que se quejara. Había sido un padre bastante ausente durante la infancia de sus hijos y tan pronto como pudo quiso recuperar el tiempo perdido.