De regreso al mundo.

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Descargo de responsabilidad Naruto y High school DxD NO me pertenecen, sino a Masashi Kishimoto y Ichie Ishibumi respectivamente. 

En una habitación se encontraba un sarcófago hecho de piedras preciosas, a su alrededor se encontraban las pertenencias de la persona que habitaba ahí, aunque esta claro que debido a que estaba en un sarcófago se pensaría que esta muerto o es un vampiro y la verdad es que se encontraba en coma, además uno pensaría que después de mucho tiempo estaría todo lleno de maleza y polvo, sin embargo no era así ya que esta era una habitación a la que se le daba mantenimiento constante.

Por si no fuera poco esta habitación se encontraba en el nivel más alto del cielo, en el séptimo para ser exactos además ahí mismo se encontraba el trono de Dios, el sistema de este mismo y el sistema de Sacred Gear o conocido también como Engranaje sagrado.

Una cualidad interesante del sarcófago es que este solo se podría abrir desde a dentro, para que nadie pueda dañar su contenido, además de incluir un sistema de alarma que alertaría a todos los serafines sin importar donde se encontrasen, con el único motivo de saber cuando este se abriría, pues la persona que contenía era muy importante.

Y como si estuviera planeado, la tapa del sarcófago fue abierta mandándola a volar, activando la alarma en el séptimo y sexto nivel del cielo, en este último se encontraba habitado por los serafines que custodian el trono del cielo, rápidamente los diez serafines se dirigieron a la habitación.         

"Ugh, este cuerpo se siente más tosco de lo que pensaba, a penas puede contener mi poder sera necesario crear uno nuevo o modificar este, bueno me ocupare de ello para más tarde, ahora es necesario ponerme al día" dijo la persona mientras observaba su alrededor, notando que tenía puesto unas túnicas blancas con decoraciones doradas, saliendo del sarcófago con los pies descalzos miro a su alrededor he inmediatamente noto las 10 existencias que se dirigían hacia él.

"Bueno he decir que esa fue una bienvenida muy rápida" dijo, al mismo tiempo llegaron los serafines liderados por Metatrón y Michael quienes se sorprendieron al ver a un joven de veintitantos años con un cuerpo demacrado salir como si nada del sarcófago, bueno era de esperarse después de todo había estado encerrado en ese sarcófago desde el inicio de los tiempos.

Percatándose de sus miradas y de como se veía decidió arreglarlo, "bueno se que esta no es mi mejor imagen, pero antes de que digan algo solo observen" y así con un chasquido de dedos, su cuerpo empezó a restaurarse, sus músculos se ensancharon, su piel paso de opaca a un bronceado suave, su cabello y barba fueron recortados dejando ver tres marcas en cada mejilla como si de un gato se tratase, su cabello agarro color volviendo hacer un rubio brillante.

Los serafines se sorprendieron por tal cambio, Metatrón por un momento pensó que debían llevarlo a descansar y ocuparse de sus necesidades, Miguel por otro lado se sorprendió al ver el estado del creador, su padre les había contado historias de él y sus momentos de apogeo, verlo así de acabado le traía dolor, sin embargo todo cambio con su chasquido.

"Bueno a que no soy increíble jajaja" dijo el joven con una gran sonrisa a lo que algunos serafines les cayo una gota de sudor no pensaron que el gran creador fuera tan... juvenil?, sin embargo antes de que el joven pudiera hablar más, Metatrón un joven apuesto de cabello castaño claro se mi largo, ojos de distintos colores uno azul y uno dorado, tez clara y un par de alas plateadas, curiosa mente era el único que tenía este tipo de rasgos físicos, portando un ropa de sacerdote, una armadura ligera encima y un halo sobre su cabeza, al igual que los demás serafines, decidió intervenir.     

"Lord Naruto, el gran creador, nosotros somos los serafines encargados de custodiar el trono de Dios, le pedimos amablemente tome el trono que le pertenece y lidere a los ángeles, para custodiar la seguridad de los humanos" dijo mientras se arrodillaba junto a los demás serafines, para Metatrón como mano derecha de Dios saber el nombre de el creador era de vital importancia, después de todo debía saber como dirigirse a él.

El creadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora