Capítulo 1. Inicio

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Era una mañana de invierno. Fríos rayos de sol iluminaban el cielo e incidían sobre la nieve caída la noche anterior, bañando de blanco al Valle de Godric.

Era una mañana resplandeciente.

Caroline Fawston salía de la casa del joven matrimonio. Estaba muy feliz por sus amigos, eran tal para cual. Iba constantemente a visitarlos y charlaban juntos sobre temas de la Orden, entre otras cosas. Además, estar con ellos le servía de consuelo.

Hace unas semanas, sus padres, Melinda y Howard Fawston, habían fallecido. Ambos eran periodistas y editores de El Profeta e incluían en sus notas mensajes de apoyo a los aurores y todo aquel que se enfrentara a Lord Voldemort y sus seguidores. Por lo tanto, Caroline era ahora la última de una gran familia de sangre pura. Eran tiempos oscuros.

Sin embargo, aquella mañana era diferente. Todo marchaba bien y parecía mejorar. Acababa de pasar un tiempo maravilloso con Lily escuchando las bromas de James. Además, más temprano por la mañana, le había llegado una carta de Sirius, en la que le pedía reunirse con él por la tarde en el andén 9¾ de King Cross. La carta parecía tener un tono urgente y durante su breve visita a los Potter, pudo notar que sus amigos estaban muy emocionados, en especial su mejor amiga, y que parecían saber algo que ella no.

Caroline no podía evitar sentirse reventar de felicidad al suponer de qué se trataba. Había estado saliendo con Sirius ya bastantes meses y no se le ocurría otra razón por la que la citaría en lugar de su primer beso. Quizás, y sólo quizás, le iba a proponer matrimonio. No quería ilusionarse, pero todo parecía indicar aquello. Y, con esa sensación cálida en el pecho, se encaminó rumbo a su casa mientras tarareaba una canción. Ella vivía también en el Valle de Godric, a unas dos cuadras de la casa de los Potter. Definitivamente no le iban a proponer matrimonio con una túnica vieja, así que iría a cambiarse antes de encontrarse con Sirius.

Entró a su casa, todavía con felices pensamientos en la mente, cuando una voz la hizo volver a la realidad de la peor forma posible.

-Crucio -dijo una mujer desde las sombras del pasadizo.

Caroline se echó a un lado, la maldición pasó rozando sobre su hombro.

-¡Desmaius! -gritó ella en respuesta.

La mujer lo bloqueó y empezó una lucha de hechizos no verbales. Las maldiciones iban y venían. Se volcaron dos sillas, un sillón se arrastró por el piso, la mesa ubicada en el comedor perdió un pedazo y las paredes quedaron marcadas por hechizos desviados. No fue hasta que Caroline alcanzó a la mortífaga y le causó un gran tajo en el rostro, que una voz más gruesa, oculta antes en una esquina de la sala, aturdió a Caroline de un solo hechizo.

-¿Por qué demonios tardaste tanto, Crouch? -le preguntó molesta a su compañero, mientras probaba con algunos conjuros que le cerraran la herida.

-Me estaba divirtiendo -dijo él con un simple encogimiento de hombros-. Aún no entiendo porqué tuvimos que venir tú y yo a por ella.

-¿Acaso tienes mejores cosas que hacer que servir a tu señor? -lo increpó, toqueteándose aún la mejilla.

-Claro que no, Bella. -Rodó los ojos y echó la cabeza hacia atrás-. Sólo que no veo porqué el Señor Tenebroso quiso que le demos especial importancia.

-Era una amenaza, estaba en la Orden -suspiró cansada Bellatrix, tomando del brazo a Caroline, quien se hallaba tendida en el suelo-. Además, sus padres rechazaban su lugar como sangre puras y le faltaban el respeto a nuestro señor en ese dichoso diario. Él habrá querido que nos ocupemos de ella ahora, antes que también avergüence a los de nuestra clase en público. -Sacudió su vestido negro, jaló un poco más el brazo de Caroline y acomodó mejor la varita en su mano-. Esta nos va a servir en el entrenamiento de los nuevos, incluso puede que la reformemos. -Hizo una mueca mostrando los dientes-. ¿Nos vamos ya?

Emma Ryddle (Hija de Voldemort)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora