Rain | Taekook

I

- Jungkook!.

No se por que lo hice. Pero tampoco me arrepiento.

- ¡¿Qué mierda te pasa Jeon?! - el pelinaranja estaba de cuclillas mientras ayudaba a su "amigo" que estaba en el suelo por el golpe que le di.

Aunque dudo que sean amigos.

- Yo..yo lo siento. - No, no lo hago, y nunca lo haré.

- Nada de "lo siento." - El pelinaranja estaba realmente molesto. - ¿Por qué mierda hiciste eso? Yoongi no te hizo nada! - Estaba alterado, y eso me estaba alterando a mí. Tengo que salir de aquí antes de que haga algo igual de estupido, o peor.

- Nos vemos jimin. - comencé a caminar.

- No, nada de nos vemos, dime por que mierda golpeaste a Yoongi. - una de sus manos agarro mi brazo. - habla.

- Jimin por favor, sueltame. - no digas nada estupido Jeon, no lo hagas.

- Maldita sea Jeon, si te vas y no me das una razón del por que golpeaste a Yoongi, olvídate de mí. Has estado raro, por eso te he ignorado, no se que te pasa, se supone que tenemos confianza para contarnos todo lo que nos pasa, pero al parecer solo soy yo el que la tiene. - Aunque no lo quiera admitir, Jimin siempre me ha causado miedo cuando está enojado, y esta situación no es la excepción.

Estaba tan concentrado en Jimin, que no me di cuenta cuando las personas que caminaban y estaban ahí comenzaron a hacer un círculo al rededor de nosotros.

- Maldita sea Jeon! contesta! - intensificó su agarre en mi brazo, tanto que ya comenzaba a doler.

- Oh..no, no quieres que hable. - Estoy haciendo mi mayor esfuerzo para no decir la estupidez que mi corazón quiere.

- Bien, no me digas, vete, y olvídate de mi existencia entonces, no me hables de nuevo en tu puta vida. - Por fin soltó mi brazo y dio unos pasos hacia atrás.

No lo hagas Jeon, no.

- Está bien! ¡¿Quieres saber que me pasa?! bien! - Ahora era yo quien lo agarro del brazo y lo jale hacia mi cuerpo. - Que me gustas maldita sea! me gustas Park! - Lo sabía, nunca puedo mantenerme callado.

- ¿Qué? - Estaba sorprendido, no lo culpo.

- Sí.. me gustas, estoy jodidamente enamorado de ti. - Solté su brazo y me di la vuelta, agarrando mi mochila del suelo.

Me fui sin decir más nada, ni siquiera mire hacia atrás.

Si me pagaran por cada vez que digo cosas que no debo decir, definitivamente sería millonario.

Llegue a mi casa, saqué las llaves de mi mochila y abrí la puerta. A juzgar por las luces apagadas, puedo decir que mi madre no está. Y eso me alivia, no tengo por que darle explicaciones de mi - muy notable - enojo.

Solo quiero dormir, nada más que eso. Y si es posible nunca más despertar.