Seguimos??? (Kagehina)

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"El día se encuentra soleado y muy caluroso, es un perfecto día de verano, pero con algunas probabilidades de lluvia al terminar el día, así que le sugiero a las personas que nos están viendo que lleven consigo un paraguas si es que estarán todo el día afuera de casa."

Eso fue lo que recordó el pelinaranja al terminar de entrenar con su compañero, como siempre ellos se quedaron más tiempo que el resto, eran los últimos y ya era muy tarde. Ambos mirando hacia fuera, hacia la tormenta que había comenzado unos minutos atrás.

Si solo hubiesen parado un poco antes seguro que no se mojaría tanto, si solo ese día no se hubiesen quedado hasta tarde ya estaría refugiado en su casa, si solo hubiese hecho caso a la reportera esta mañana ahora tendría por lo menos un paraguas en cual refugiarse. Pero no, solo pensaba en seguir practicando, en seguir rematando, en mejorar junto a su amigo.

- Ey Bakeyama que hacemos ahora? Está lloviendo muy fuerte y mi madre me matara si me enfermo

- La mía también Hinata Idiota

- Entonces... que te parece una carrera hasta la parada de autobuses en donde siempre nos separamos?? – le propuso con la misma mirada con la que veía a sus oponentes antes de comenzar el partido haciendo emocionar al azabache ante el reto que estaban por empezar.

- El que pierde pagara tres bollos de carne al ganador toda la semana por un mes

- Tu sí que sabes cómo apostar Kageyama – No termino de decir aquello que salió corriendo bajo la lluvia siendo perseguido por el colocador que aguantaba las ganas de insultarlo por salir antes.

Los dos jugadores corrieron como podían, evitando caerse en el intento de ganar, tratando de agarrar sus mochilas en una posición en la que no resulten molestan al correr. Sentían el aire frio entrando por su boca, congelando sus pulmones y sintiendo cada vez más la falta de aire. Sus ropas todas mojadas, su pelo pegado a la piel de sus rostros. Se torturaban con esa carrera solo por esos bollos de carne que tanto les gustaba a los dos.

Ya no faltaba nada, solo debían girar a la derecha en la próxima luego hacer tres cuadras y ahí estaba la línea de meta. Pero todo paso muy rápido para el azabache, miraba la espalda de su contrincante que le había sacado ventaja ya hace unos metros atrás, al doblar a la derecha sin darse cuenta, o no queriendo hacerlo por las dudas de que lo rebasaran, a tanta velocidad haciendo una mala combinación entre el piso mojado por toda la lluvia que caía, resbalándose cayendo de manera no muy agradable al suelo llevándose varios golpes y algunos raspones en las piernas.

-Mierda Hinataa!!!! – al ver ese accidente mando todo a la basura tanto la carrera como los bollos de carne, se arrodillo para ver cómo se encontraba y vio como de su rodilla salía algo de sangre - Hinata súbete a mi espalda – No se esperaba eso del rey, que agarre su mochila para que llevarla él mismo y que le diera la espalda para subirse, no podía estar más sonrojado ante sus actos hasta podía compararse con una manzana su rostro. Agradeció que el chico no lo estuviera viendo sino no sabría qué hacer ni dónde meterse, así que se subió rápido a su espalda antes de que se le ocurra darse la vuelta para gritarle por su tardanza.

Si no se hubiese caído ahora estaría en la parada refugiándose de la lluvia celebrando por los bollos de carne que habría ganado. Pero en ese momento, estaba feliz porque el día haya decidido transformarse en una tormenta y poder estar así con Kageyama, sentir el poco calor que su cuerpo tenía, ese calor que se le era negado por ser su amigo, por ser un hombre como él.

Cuando llegaron a la parada de autobuses, deposito a Hinata con delicadeza en el asiento para evitar que se lastimara más de lo que ya estaba. Se sentía mal porque todo fue su culpa no debió aceptar el reto, menos proponer un premio para el ganador, ahora tenía a la persona que más confiaba en él lastimado, más allá que solo sea cortada en su rodilla, no podía dejar de pensar en la posibilidad de que haya otras lesiones que él no podía ver, o lesiones que podrían aparecer dentro de unas horas porque su caída fue muy fuerte desde su punto de vista, estaba muy lejos como para poder agarrarlo y protegerlo del suelo.