Agente Bejar

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París, Francia.

Me encanta este país, siempre ha sido mi sueño de niña venir a ver y dibujar la Torre Eiffel, y es justo lo que hago, llevo la mitad de tal dibujo, y me estoy tomando mi tiempo, pude haberlo terminado hace una hora, pero prefiero quedarme aquí lo más tiempo posible. Esta plaza y la gente es tan pacífica.

Excepto por el policía anti-contaminación.

Ya van como tres veces que me pide que no contamine, no estoy haciendo nada, casi no uso el borrador y, si lo hago, el restante nunca lo lanzó al suelo.

Empiezo a creer que tiene problemas con que sea latina, mis rasgos me delatan, también mi actitud, y aunque hablé en francés con todos, mi acento me ha hecho malas jugadas a veces.

Y he venido aquí casi siempre desde que he estado viviendo acá.

Asi que no es la primera vez que me encuentro con ese policía, tiene problemas personales conmigo, yo lo sé. Recién un niño dejó su helado tirado y ese policía no dijo nada, creo que el problema soy yo. Los latinos en este país son conocidos por ser muy contaminantes, vaya, que fama.

Y tal parece que tanto él, como la vida desean que me retire del lugar, mi teléfono suena, y es el señor Rivera.

—Oh, no, no puede ser. Justo estoy cumpliendo mi sueño y viene a romperlo —atiendo el celular —Hola extraño que arruina mi día —me hago como la que no lo conozco

—Tus problemas de sarcasmo matan mi paciencia —habló el viejo frustrado.

—¡Señor Rivera! ¡Que gusto oírlo! —que se note mi sarcasmo —¿Qué lo trae por mi celular?

—Agente Bejar, ¿esta lista para la nueva misión? Ha sido reclutada para uno de los casos más grandes hasta ahora

—¿Bromea? ¡Claro que estoy lista! Iré a empacar de inmediato.

—El vuelo sale en una hora, agente.

—¡Claro!, alto, espere ¿cómo que en una hora? —me ignoró y colgó —Ah, ¡me colgó! —exclamó indignada.

Una hora... ¡Una hora!

Tomo mi libreta y la cierro, el borrador, el lápiz y lo demás que utilizo los meto en mi mochila tan apresurada que creo que se arrugó un poco la libreta. 

—¡Si se arruino mi dibujo de la Torre Eiffel, juro que pondré al señor Rivera a dibujarlo otra vez! —grité mientras me levantaba. 

Cuando emprendí mi camino al apartamento, me cruzo con cierta persona que tiene problemas personales conmigo. De los que aún no estoy enterada, por supuesto. 

—Señorita Bejar —¿el español de los franceses es un asco o simplemente él no estudio el acento? Me estresa —¿Cuál es la prisa? 

—Me tentó que ir, adiós o mejor dicho, adieu —volteo y sigo caminando, ese viejo es irritante. 

Que no se esfuercen en poder pronunciar algo bien en mi idioma me molesta tanto. ¿Por qué? Porque simplemente a nosotros los latinos nos exigen el idioma diferente en pronunciación y escritura al cien cuando ellos ninsiquiera leen o escuchan a personas latinas para imitar el acento, ¿me doy a entender? 

Al momento de llegar a mi apartamento comienzo  empacar todo, mi ropa, algunas armas blancas, algunos accesorios que la agencia me ha dado en algún caso y todo lo necesario, mi pasaporte y mi placa y arma de agente, es lo único que me pertenece del apartamento, no soy alguien de lujos y mucho menos me importa no tenerlos. Respiro aire, no dinero.

Termino de empacar y recibo por mensaje el boleto del avion privado, eran 4:30. Tengo media hora para llegar, ¡y el Aeropuerto esta demasiado lejos!

Salgo del dicho apartamento y bajo las escaleras hacia la recepción, pago mi hospedaje por tarjeta y solamente me queda devolver la llave.

Al recibir factura y terminar mi hospedaje ahí, salgo de inmediato hacia la parada de taxis esperando uno que se digne a llevarme al aeropuerto.

—¡Taxi! ¡Taxi! —gritaba subiendo la mano, dando señal de que espero uno, y alguien me hace caso y para frente a mi, hasta que por fin un taxi se detuvo.

—Mademoiselle, oú estece que je lemène? —cierto, aquí todos hablan francés

—À l'aéroporte, combien facturez-vous? —Necesito que me lleve, pero tampoco le daré todo mi dinero por hacerlo.

—10 Euros —¿Qué? ¿Cómo por qué?

—10 Euros? Qui pensez que cela prends? Leonardo di caprio?

—Je suis désolé que ce soit une saison festive qui la prend ou la laisse? —dijo el taxista calmadamente ¿que no sabe qué en América, el euro tiene más valor?

—Ash juste parce que j'ai l'urgence —entro de mala gana al taxi y cierro la puerta, el taxista avanzo y toma camino al aeropuerto.

Pasaron casi veinte minutos, al parecer el taxista encontró un camino más corto para llegar más rápido, pero aun así son 10 euros, me dolerá perderlos, el sol peruano vale menos que un euro, creo que hasta el dólar es menos que el euro ¿diez euros por un viaje de casi quince minutos? Para ser época festiva deja a cualquiera pobre en América.

El auto se detuvo y salí de dicho vehículo, pagué y el vehículo avanzo a toda velocidad. 

—Y ahi van mis preciados 10 euros —me adentré al aeropuerto y busco al guardia de la ASE.

Camino hacia la puerta del siguiente piso y le muestro mi placa al guardia, justo recibo una llamada al momento en que iba a entrar. 

—¿Bueno? 

Su avión ya ha aterrizado, agente Bejar. Espero no olvide las reglas. 

Y justo ahí fue cuando sentí a alguien tomarme por detrás y tapar con un pañuelo mi boca y nariz. Me resisto un poco, pero luego cedo y el inmenso olor seda todos mis sentidos. Este proceso lo odio con todo mi ser, sin duda. 

Buenas xd, espero les haya gustado este capítulo JASVAJS

Saquenme del flop por fa AJDVAJGDJABAJABA

Siento que ya quede abandonada 😔💔


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⏰ Última actualización: Jan 27, 2022 ⏰

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Amor Contrabandista || Manuel TurizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora