La soledad en las calles por la madrugada, el ambiente frío y desolado, la falta de vida en la ciudad a altas horas de la noche, son cosas que Jazmine disfruta ver, a pesar de que su trabajo necesite lo opuesto.
Ella, como cualquier otro taxista, viaja sin rumbo en busca de personas que necesiten transporte.
La ciudad no es peligrosa, así que una chica conduciendo sola en la noche no encuentra problemas, pero anda con un arma en caso de emergencia.
Conduciendo por las zonas residenciales pobres del lugar, Jazmine encuentra su primer cliente.
A la distancia se logra visualizar una silueta en una parada de autobús, alzando la mano para llamar su atención y pedir un servicio de taxi.
Mientras se acerca, Jazmine logra detallar más la figura. Es una chica, sostiene un bolso en su brazo izquierdo, su ropa está mal puesta y parece un uniforme, su cabello castaño está recogido pero desordenado, sus ojos indican cansancio y se le nota ansiosa
– Hola, ¿a dónde te llevo?
– ¿Podrías llevarme a la avenida x con la calle y?
– ¿Estás segura? Eso está al otro lado de la ciudad, podría salirte costoso
– Muy segura, y necesito llegar rápido.
Luego de notar que la chica no representa un problema, la deja subir e inician el recorrido.
La chica nada más entrar saca un espejo y empieza a maquillarse. Jazmine como buena taxista que es, sabe iniciar una conversación y sacarle información a la gente. Mirándola por el retrovisor central, empieza preguntando
– ¿Porque la prisa?, ¿Está todo bien?
– No, nada está bien. Mi despertador no sonó, desperté 20 minutos después de lo que debería y por ello no pude organizarme ni desayunar. Mientras llegaba a la parada de autobuses, veo a mi bus irse y el siguiente llegaría en 30 minutos. Y encima, tengo que ir a trabajar en un lugar horrible porque estoy hasta la cabeza en deudas y no tengo tiempo de buscar otro.
El maquillaje que se acababa de poner en los ojos estaba a punto de arruinarse con las lágrimas de frustración que iba a soltar. Con un leve vistazo, Jazmine lo nota y trata de relajarla cambiando el tema
– Tranquilizate, respira un poco, llegaremos allá mucho más rápido que si fueras en bus, si hablamos ni te darás cuenta que hemos llegado. Así que háblame, cuéntame un poco de ti
– Oh lo lamento, no quería estallar así pero estos han sido unos días difíciles.
Ella da un profundo respiro
– Me llamo Seasha, tengo 32 años y llevo viviendo en esta ciudad unos 7 meses. Trabajo en una caf-
– Espera un momento, ¿32 años?, si pareces en tus 20s, lo digo en serio. Yo que tengo 26 no me veo tan bien como tu.
– ¿Bromeas? Tu con ese hermoso cabello rojo, ese pulido rostro y ese gran frente no tienes que envidiarme
– Oh gracias, no hacía falta.
Luego de un corto cruce de miradas por el retrovisor, Jazmine reanuda la conversa
– Ah si, ibas diciendo en qué trabajabas
– Trabajo en una cafetería de mala muerte en la dirección a la que vamos, este uniforme lo dice aqui mismo... ¿eh?
Luego de decirlo y señalar, observa que debido a apurarse en la mañana, tiene su ropa puesta al revés. Recuerda cómo agarró el uniforme y se lo puso apuradamente, sin fijarse siquiera si estaba limpio.
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Futaxi Stories
RandomJazmine, una taxista a altas horas de la madrugada, recoge a una pobre desconocida y la lleva a su destino. Por diversas razones, no encuentra como pagarle, a menos que... Mi primer acercamiento a la escritura en general, asi que las sugerencias y c...