Era un día más en el convento Faith, lugar donde habitaban cuatro monjas jóvenes y una Madre, quien era la administradora y la mayor autoridad del lugar.
Este lugar era el hogar de toda la vida de Irene, una monja que yacía 2 años que se había hecho con el cargo, pero que había vivido siempre de la misma manera.
Irene vivió desde su infancia en el lugar, debido a que sus padres la habían abandonado en la puerta del convento cuando apenas tenía días de nacida. Fue recogida y criada con las demás monjas del lugar, la Madre Sanma fue quien cuidó de ella desde el día en que la encontraron y la educó estrictamente con las reglas religiosas para que en un futuro ella pudiera seguir los pasos de a quien veía como una madre.
Eran las 9:00 am cuando se empezaron a escuchar movimientos y voces en el convento, algo que no era usual ya que las hermanas tenían prohibido dejar su posición como monjas del convento o siquiera salir al mundo exterior. Por ende, no conocían a nadie ni nada que no sea el convento y la religión.
Irene se había percatado de esto, termina la oración de la mañana y se dirige con curiosidad hacia la entrada.
Asomándose lentamente y sin que la noten, ve a una hermosa mujer de cabellos oscuros, con unos ojos muy rasgados y una dulce sonrisa. "Luce algo torpe" —Pensó para sí.La Madre Sanma, quien se encontraba en la entrada de la recepción dando la bienvenida a esa chica, se percata de que Irene estaba escondida a un lado de la pared que daba al pasillo y la llama.
—Irene, hija mía, ven aquí un momento y ayuda a Seulgi con su maleta. —Dijo mientras agitaba la mano en su llamado.
—Si, Madre, enseguida. —responde con respeto y se acerca a ayudar.
La chica nueva mira a Irene y le sonríe agradeciendo su ayuda con la maleta.
-Llévalo a tu habitación y ven al comedor con tus hermanas, la presentaré como es debido.-Ordenó Madre.
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Ya en el comedor con todas las personas del convento reunidas, la Madre suelta unas palabras.
—Mis niñas, ella es Seulgi, será su nueva hermana a partir de hoy. Todavía es aprendiz de monja, así que sean amables y llenenla de conocimiento para que pueda ser una excelencia como todas ustedes. Sin nada más que comunicar, me retiro y dejo a Seulgi en sus manos.
Finalizado el discurso, las hermanas, una por una se van acercando hacia la nueva para recibirla con mucho gusto.
—Hola Seulgi, yo soy Wendy. Si tienes alguna duda solo pregúntame, ¿si? —Dice la amable rubia de cabello corto.
—Mi nombre es Joy, bienvenida.
—Me llamo Yeri.—Dice felizmente la chica más joven del lugar.
Irene observaba desde atrás sin acercarse a saludar a la nueva chica. Cuando Seulgi se da cuenta de su presencia se avienta rápidamente entre las hermanas hasta llegar a Irene.
—¡Tú! ¿Cuál es tu nombre? -Pregunta con interés en la chica de cabello oscuro y piel blanca. —Hoy me ayudaste con la maleta y quería agradecerte por eso... hermana.
—Mi nombre es Irene. Deberías tener más respeto al hablarle a alguien mayor que tú, pero respecto a lo de hoy, no fue nada, simplemente seguí el pedido de Madre, no me debes nada. —Contesta con una expresión seria en su rostro.
—Lo siento hermana Irene, tendré más cuidado en el futuro. —Responde con la cabeza cabizbaja.
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"Lujuria" - Seulrene +18
Short StoryADVERTENCIA: La historia contiene contenido sexual explícito +18, no leer en caso de disgusto a este tipo de historias. "Irene era una monja hermosa, de cabello oscuro ondulado y largo. Era capaz de enamorar a cualquier hombre si así lo deseara, per...