Irene estaba atónita, no era capaz de procesar lo que acaba de suceder. Ella nunca había besado a nadie y mucho menos a una mujer, eso era un pecado.
-Seulgi... que... que acabas de hacer? E-eso fue... me hiciste pecar.
Pero por alguna razón ese beso se sintió tan bien, tan amable y suave, que Irene fue incapaz de controlarse ante esa nueva experiencia y le regresó aquel beso.
Las dos encendidas por la pasión de algo nuevo y el deseo de lo indebido comienzan a besarse entre sí con intensidad.
Seulgi toma con fuerza el cuerpo de su hermana mayor y lo apreta contra el suyo.
Por su parte, Irene mete su mano por debajo de la ropa de Seulgi y toca suavemente su pronunciada y pequeña cintura, subiendo lentamente hacia su pecho y apretando uno de sus senos.
Seulgi toma por el hombro a Irene y la empuja hacia atrás, dejándola acostada boca arriba y colocándose así de rodillas por encima de su cuerpo. La chica procede a quitarse la camisa y enseñar sus senos a Irene, quien queda sorprendida pero rápidamente se sienta con Seulgi encima de ella y se quita ella también su camisa.
Ambas se abrazan, tocan y besan con pasión.
Rápidamente Seulgi se sienta al lado de Irene y ambas se despojan de sus pantalones y ropa interior. En cuanto lo hacen se quedan observando el cuerpo desnudo de la otra, impresionadas con la belleza de la otra.
Irene acerca su mano al abdomen recostado de la chica y lo arrastra suavemente hacia abajo llegando hasta su vagina e introduciendo un dedo.
Seulgi toma con su mano derecha la cintura de Irene y lo tira hacia ella, mientras que con su mano izquierda toma la mano que tenía la chica dentro suyo y la incita a moverlos.
Irene exitada por lo que estaba pasando se acerca con rapidez a Seulgi y la besa con intensidad. Al mismo tiempo, acaricia su clitoris y la hace gemir. Siguen así unos minutos hasta que la chica se viene.
Era el turno de Seulgi para satisfacer a Irene.
De nuevo, la recuesta y se sube encima de ella para comenzar a besar su cuello, creando un camino de besos que pasen por su pecho, abdomen y lleguen hasta su parte baja para comenzar a practicarle sexo oral.
Seulgi se queda ahí abajo por un rato mientras se podían oír los gemidos ahogados de Irene, quien sostenía su mano izquierda tapando su propia boca y con su mano derecha apretaba con fuerza las sábanas por lo bien que lo hacía Seulgi.
Irene estaba tan excitada hasta que en un momento siente un hormigueo pasar por todo su cuerpo y acaba.
Seulgi se detiene y se acerca a ella para besarla.
Ambas la pasaron bien.
Era la primera vez que hacían algo así.
Seulgi se recuesta en el pecho de Irene y le pregunta a ésta:
-Hermana Irene... hemos.. pecado?.-Dice con nerviosismo por lo que habían hecho.
-Así es Seulgi, pecamos. No podemos contar esto a nadie, entendido?.-Le dice cariñosamente mientras reposa su mano izquierda sobre la cabeza de la chica.
-Está bien, no me importa si pecamos porque... me gustó.
-A mi... también.
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"Lujuria" - Seulrene +18
Historia CortaADVERTENCIA: La historia contiene contenido sexual explícito +18, no leer en caso de disgusto a este tipo de historias. "Irene era una monja hermosa, de cabello oscuro ondulado y largo. Era capaz de enamorar a cualquier hombre si así lo deseara, per...