Todo mundo sabe, que cuando amas, toda tu vida quieres que ese sentimiento se corresponda, creemos que el destino nos va a respaldar siempre y que estaremos con esa persona, pase lo que pase. Pero otras ocasiones, queremos que ese amor se vaya ya, queremos dejar de sentir esa punzada en el pecho, que puede tardar años en irse. Queremos sentir nuevamente la calidez de la felicidad y también podemos llegar a perder nuestra razón si no se supera rápidamente. Dicen que a tu verdadero amor tardas unos años en olvidarlo. Pero para Jotaro, ese amor jamás se iría, el quería reunirse nuevamente con Kakyoin, quería tenerlo en sus brazos. Pero, desde aquel accidente donde perdió parte de su memoria. Noriaki, jamás volvió a asistir a clases con el, jamás pudo graduarse a su lado, jamás pudo sentir amor de nuevo, jamás pudo ir con el pelinegro a Morioh, Noriaki se había integrado a un colegio especial por su capacidad, se graduó con personas con perdida de memoria igual que él, viajo a otra ciudad a una buena universidad y no recordó ese viaje, un golpe bajo para el hombre aquí sentado en el escritorio, analizando las últimas páginas de su tésis para poder obtener su maestría, aquel viaje a Morioh apenas había iniciado para él, pero cada noche se le hacía eterna, pues en la soledad de su habitación, soñaba con un final diferente al que tuvo su amor de la adolescencia, en algunas ocasiones había podido verlo de camino a su colegio, pero era tal su resignación que jamás tuvo valor de acercarse, cada sueño que tenía con él, se parecía más al otro, todos terminaban con él, pidiendo matrimonio, pues, Jotaro desde el viaje a Egipto se había hecho la promesa de que al graduarse del colegio haría a Noriaki su esposo. Aquella cama de hotel, no servía más que para poder reposar el cuerpo y que descansará, pues su alma, estaba en lamento, lágrimas y alcohol mezclados de forma extraña por lo particular cada noche en aquella suite, otras, solo eran lágrimas, otras solo era alcohol, pero en ninguna existía la paz para él
Mientras Noriaki en algún lugar donde se había decidido a estudiar artes, este plasmaba en la soledad de su departamento algunos cuadros privados de un hombre de gorra negra, en otras, eran ambos plasmados, pero jamás tenía rostro aquel cuerpo. Acariciaba y se aferraba a cada pincelada que era dada en el lienzo, con la esperanza de poder recordar, quién era y porque le pintaba cada que esté se encontraba viendo las estrellas. Los flashbacks volvían poco a poco, pero jamás había rostros, solo voces, sin nombre de igual forma, la oscuridad no era su aliada, pues siempre sentía que debía hacer algo para no estar así. Las terapias y las charlas, habían rendido frutos unos meses, pero después volvía a la misma, donde el se encontraba perdido en un océano de memorias sin nombre, Noriaki quería recordar, pero no podía, algo se lo impedía, por su bien o por miedo.
Morioh mayo 1999
Noriaki había sido nombrado ganador de un concurso de pintura en el lugar donde vivía y el premio era ir a un pueblo poco conocido para poder retratar cada paisaje de dicho pueblo. La emoción le estaba invadiendo, pues su sueño siempre había sido ir a lugares desconocidos y poder volverlos parte de su arte y también lograría conocer el lugar de nacimiento de aquel conocido mangaka Rohan Kishibe. Al llegar a su hotel, pudo notar que habían algunos policías cerca y unas camionetas muy conocidas
-fundacion Speedwagon...- dijo un poco dudoso, ¿Dónde había escuchado aquel nombre?, ¿Por qué tenía la sensación de que el conocía a toda la gente de esos autos tan elegantes?. Sus pensamientos fueron interrumpidos ante la llegada de la recepcionista que llevaba la llave de su habitación e iba acompañada de un chico que le ayudaría a llevar sus maletas, las puso donde le indicaron y caminó hacia el elevador. Parece que el destino suele ser bastante cruel en algunos puntos, pues cuando Noriaki subió a un elevador, el que estaba junto a ese, abrió sus puertas dejando salir Jotaro, el corazón de ambos se aceleró sin saber que pasaba, pues no habían podido verse, pues cuando unas puertas se abrieron, las otras se cerraron.
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just remember my name.
Fanfictionkakyoin estaba enamorado y aunque todos tenían una idea errónea sobre a quien amaba, solo el chico de cabellos rojizos sabía de quién se trataba jotaro lo amaba, pero estaban a unos días de cumplir su destino y eso le aterraba, le aterraba no ser t...