No Es El Fin

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Un pequeño joven estaba temblando debajo de la cama de una recamara fría.
Sus "amigos" habían intentado matarlo, la inseguridad y el miedo no lo dejaban en paz.
Todas las noches lloraba y pedía ayuda a un tal Corea y también a un tal Urss.

Solo salía de debajo de la cama para ir al baño, se lastimaba con cualquier cosa que tuviera, algunas veces se podía oír negando a un tal Chile e insultaba a alguien con el nombre de USA.
¿Quien habrá tenido el corazón de lastimar a este pequeño joven?

Al pequeño se le hicieron bastantes exámenes de salud, tenía claros rastros de abuso sexual y físico.
Signos de desnutrición y aisló.
Sus muñecas el día que llegó parecían como si las hubiera mantenido apresadas
Tenía bastantes marcas de mordidas en su cuello y espalda, cicatrices de bala en sus piernas, marcas de algún objeto punzocortante, una herida bastante grande en su cabeza que nisiquiera había cicatrizado, cortes en sus piernas hechas por un hacha, mordidas de animales salvajes.

Melissa: Sinaloa?... Dios, encerio pasaras toda tu vida debajo de la cama?

–... Talvez.

Melissa:... Mira, fue mi culpa que ellos te hicieran eso... Pero hey, la vida sigue, entiendo que no quieres conocer a otro USA, a otro Chile, a otro Rusia o Canadá, se que sientes que te lastimaran otra vez, que te quitaran o alejaran de lo que más quieres... Pero se que no todos son así y con suerte habrá un lugar en que nos acepten

–... No se... Ya no quiero arriesgarme, no quiero sufrir, se que también te lastimaron pero... La forma en la que ellos me trataron... Fue horrible

Melissa: Ugh... Lo siento bastante.

La joven de cabello corto se sentó en el suelo cerca de la cama mientras con una mano secaba pequeñas lágrimas que salían de su cuenca vacía.

Melissa: Encerio quiero que olvidemos todo eso, hacer nuevos amigos y... No se... Empezar de nuevo.
Esto no es el final

La chica posó su mano en el suelo suspirando mientras más lágrimas, tanto cristalinas como obscuras corrían por sus mejillas y caían al suelo.
Sinaloa salió de debajo de la cama para acercarse a la joven para abrazarla.

–Incluso después de lo que todos me hicieron... Nunca dejaste de apollarme y quererme... Se que nunca te lo dije, pero aunque hacías esas historias raras conmigo... Realmente te quiero.

Melissa jadeo sorprendida, oír eso del estado que adoptó le hacia sentir feliz... Bastante se podría decir.
Con una sonrisa correspondió el abrazo, así duraron unos minutos.
La chica soltó al mas bajo para secar sus lágrimas y levantarse del suelo

Melissa: Bien, debo buscar unas cosas

–Espero que nos acepten

Melissa: te prometo que lo harán

La joven salió del cuarto dejando al sinaloense solo, una vez más las imágenes de como los countrys de ese lugar a usaban de él volvieron a su cabeza, el más bajo cerro los ojos y se arrodilló en el suelo cubriendo sus oídos, mirmuraba que se detuvieran que no lo tocarán y cosas así.

Diario el vivía cosas así, no muchos querían estar cerca de él por su actitud y sus constantes recaídas, solo un country pudo con todo eso, el que lo había salvado y lo había llevado a México con su nueva familia.
Este country era Urss, desde que el estaba ahí amaba bastante al estado mexicano, pero por comentarios externos por parte de los demás decidió dejarlo, para que no lo lastimaran, pero eso no fue útil y terminaron casi matandolo.
La molestia era tanta que el quería darles su merecido, lo obligaron a casi casarse con alguien que no era su tipo solo por esa aceptación social.

El adulto estaba afuera, fumaba un cigarrillo para controlar su ansiedad, en eso Melissa salió con un dulce.

Melissa: Puedo hacerte compañía?

Urss:... Esta bien

Melissa:... No te reprimas

Urss: Ah?

El soviético miró a la joven algo confundido por sus palabras

Melissa: Aquí nadie te juzgará si lo amas, lo que nos importa es que seas feliz

Urss: De qué hablas?

Melissa: Se que tu y Sinaloa estuvieron en una relación y estuvieron apuntó de casarse... Se que fue difícil intentar hacer lo que la sociedad decía... Pero aquí no somos así, no nos importa si te gusta Inglaterra, el nazi... O Sinaloa

Urss: No... Creo que lo mal interpretas... Yo no soy gay-

La chica ya harta de esa excusa del más alto tomo su corbata y la jalo acercando su rostro a la del soviético

Melissa: Bien, hay que comprobarlo entonces... Bésame

Urss: E-estas loca?! Tu tienes pareja

Melissa: Desde cuando a los comunistas les importa eso?

Urss:... B-bueno

El soviético se quedó sin palabras, no sabía que hacer, pero no quiso quedar como un tonto.
Posó una de sus manos en la mejilla de la chica y se acercó para depositar un beso en sus dulces labios
Al separarse urss miró a los ojos a aquella chica, ese beso no lo hasia sentir bien

Melissa: Ves? En estos momentos no sientes atracción hacia las mujeres.
Si realmente estas enamorado de Sinaloa ya deja de mentirte y mentirle a el

Urss:... Lo siento, realmente no quise llegar a esos extremos

Melissa: No te disculpes, no conmigo.

Urss asintió y entró a la casa, fue al cuarto donde dormía el menor, pero el no estaba ahí, busco por todos lados pero no lo encontró, en ese momento el miedo se apoderó de su cuerpo, pensaba que ellos lo habían encontrado y lo habían asesinado

–Que haces aquí?

Urss: Sinaloa!

El soviético corrió a abrazar al sinaloense pero este intento apartarlo

–Que haces? Sueltame

Urss: Creí que no te volvería a ver... Tengo que serte sinceró... Aloa, yo... Yo te amo

–Eh-... L-lo estas diciendo encerio, esta vez es encerio? No es una forma de chantajearme?

Urss: No, no tengo porque chantajearte... Esta ves esta confesión es real... Como la vez que te pedí que nos casaramos

–...

El sinaloense se quedó sin palabras no sabia que decir, esas palabras lo dejaron mudo.
En ese momento el mayor se alejo para ver al estado mexicano a los ojos

Urss: Y ahora no me importa lo que piensen los demás


Okok, no se como continuar, talvez escriba algunos extras de algo que se me ocurrió


~Sigan en sintonia~

Se que nadie me pregunto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora