Two Psychopaths - K o o K m i n

000

La combinación de risas y lágrimas era algo que la mayoría consideraba imposible, excepto para Jimin. En ese momento, regresaba a casa después de hacer una aparición sorprendente en una fiesta a la que no fue invitado. Con toda la intención del mundo, arruinó la velada de sus compañeros de instituto y lo disfrutó. Por supuesto que lo disfrutó; la atención sobre él era algo que anhelaba y necesitaba como el pan de cada día.

Las miradas de desprecio le resultaban completamente satisfactorias, siempre y cuando vinieran de esos estúpidos sin cerebro y no de su único y verdadero amor, Jeon Jungkook. Jimin era considerado raro por todos, pero no le importaba; de hecho, lo disfrutaba. Entonces, ¿por qué lloraba? Ni él mismo lo sabía.

Necesitaba drenar sus emociones de alguna manera. Tal vez lloraba porque no logró captar la atención de Jungkook en ningún momento. Quizás lloraba porque, en cuanto hizo su grandiosa escena, el chico se había esfumado como humo en el aire del lugar, como una broma cruel del destino que le impedía ser visto por su hermoso chico de cabellos oscuros y lentes redondos.

Exhaló un pequeño grito de frustración, para luego sumergirse en una risa desenfrenada y nada sana. Al menos se llevó el protagonismo de esa noche, al menos tuvo el placer de arruinar la increíble fiesta de Jennie, al menos fue el centro de atención. ¿Qué más podía desear? Pues a Jungkook, no hacía falta pensarlo dos veces.

Necesitaba captar la atención del azabache de alguna manera, pero jamás lo conseguía. Siempre ocurría algo que arruinaba sus planes y nunca lograba captar la atención de Jeon. Cayó de rodillas en la acera entre lágrimas y risas sin sentido. Si Jeon no colaboraba de buena gana, lo haría por las malas. Obtendría su atención, incluso si tenía que atarlo a una silla para que lo amara.

De repente, sintió que alguien lo observaba. Se levantó del suelo, mirando a su alrededor con cautela, pero no vio a nadie. Aun así, tenía la sensación de que lo vigilaban intensamente. No obstante, no tenía nada que temer; una navaja con diseños de corazones color rosa estaba bien escondida bajo sus medias pastel a juego con su vestimenta. Si alguien lo acompañaba en las sombras, estaba preparado para defenderse.

Cuando los segundos se alargaron en minutos, Jimin se resignó a que solo era su paranoia hablando. Con un suspiro, se recostó en la acera sucia de la calle, ya no le importaba. Empezaba a pensar que el ente que lo observaba era una especie de mascota espiritual. Jimin recordó haber leído que los ángeles guardianes siempre estaban viéndote y cuidándote, pero eso le parecía demasiado extraño.

Pero no imposible. Pensó distraídamente mientras acariciaba sus labios con la yema de los dedos. Un crucifijo diminuto reposaba en su clavícula, brillando bajo la luz de la luna en su cadena fina.

Una vez, alguien le dijo que solo a las almas puras se les da un protector. Quizás Jimin se había ganado el cariño de un ángel de la muerte. Quizás era su abuela muerta que lo supervisaba aún en muerte. 

Ls presencia vigente que le custodiaba en sus recorridos solitarios a casa era un misterio recurrente. Él no solía detenerse mucho en eso.

Retomó el camino con animos renovados y una gran sonrisa, sus mejillas aún sonrojadas y empapadas, pero más feliz que antes, y con la constante sensación de ser perseguido. Recuerdos de la noche y el rostro humillado de Jennie vinieron a su mente, proyectándose como una hermosa película infantil. La sonrisa en su rostro se expandió lentamente, evolucionando en pequeñas risas y acabando en carcajadas anómalas.

En lo que cabe, fue una gran noche.

Esto es un borrador viejo y tmb lo voy a subir pq si jsksj

Ahí veo que voy a hacer con este poco de historias

A mi si me gusta darme trabajo vale jsndns

Cuidense

Los quiero

Bye~

Mikro_Kookmin_Kosmos