–Ah...
Me sentí aliviada, ya que estaba en un ambiente cálido y confortable. En cuanto el poder de los dioses desapareció, me dije que tenía algo que hacer antes de que nos reuniéramos con más gente.
–Ferdinand, te devolveré la piedra de nombre. El poder de los dioses ha desaparecido, así que ya no lo necesitamos, ¿verdad?
Ferdinand me había dejado su piedra de nombre porque no podía tocarme sin ello cuando tenía el poder de los dioses en mi cuerpo (Iszeth: ajajaja, si... claro.). Ahora, debo devolverla. Saqué la piedra preciosa que he guardado por Ferdinand.
Le presenté la piedra de nombre que parecía un capullo blanco, pero Ferdinand no hizo ademán de querer tomarla.
–... No la necesito.
Con una atmósfera algo deprimente, mi corazón se siente impaciente. Como si hubiese sido un error tratar de devolverla.
–Ya que no es necesaria ahora, te devuelvo la piedra de nombre, Ferdinand.
–¿Por qué?
–¿No es molesto tener una relación maestro-esclavo en una relación familiar? La familia es una relación entre iguales.
Si eventualmente vamos a ser una pareja, no creo que deba tener su piedra de nombre. Ferdinand me mira a mí y a su piedra de nombre, y no la acepta.
–¿Estás insatisfecho?
–¿No hay alguna manera de estar en igualdad sin que me devuelvas mi piedra de nombre? –Ferdinand dijo; incliné mi cabeza. ¿Qué es lo que pasa? Bueno, buscando en mi memoria, recordé las palabras de Leonore.
Cuando estaba hablando sobre si aceptar los votos de los niños de Veronika, ella dijo: "Anhelo dar mi piedra de nombre a mis seres queridos, hacer votos y jurar pensamientos eternos".
–Entonces, ¿debería darte mi piedra de nombre también, Ferdinand? Lenore dijo que era algo romántico y ciertamente seríamos iguales entre nosotros, aunque no es realista, y pienso igual.
–¿No es realista?...
–Sí, porque después de todo, quien queda atrás estará en problemas.
–¿Quien queda atrás? –Las cejas de Ferdinand se arrugan y su cara parece pensativa.
–El que queda atrás es... bueno, eventualmente... nos casaremos. No es que no haya posibilidad de que nazca un niño, ¿verdad? (Iszeth: Kyaaa, Myne, diablos, señorita)
Es un poco incómodo. Me pregunto cómo lo ve Ferdinand. Es vergonzoso para mí pensar en el matrimonio o tener hijos, sobre todo hablar con Ferdinand al respecto. ¿Esta sensación es porque de repente me encontré en una situación que pensé nunca estaría?
... Tranquilízate corazón, debo calmar mi espíritu.
–Como soy un Aub, incluso si no tenemos un hijo de sangre... probablemente necesitemos adoptar para la sucesión. Uhm... ya sabes, para proteger la ciudad biblioteca. ¿Algo como Letizia? Como tenemos que acatar la orden real... ¿tenemos que adoptarla, no?
Ferdinand sólo suspiró ante mis palabras.
–Sólo porque es una Orden Real. Es necesario abolir todo sobre Ahrensbach para mantener a Letizia como candidata a Aub, pero el plan es adoptarla después del ritual de anudación de estrellas. A Letizia se le aplicará el mismo tratamiento que a un niño noble que quedó huérfano en la Batalla contra Lanzenave, por lo que planeo dejar que viva una vida en el templo hasta que sea momento de la adopción...
Las palabras de Ferdinand alivian mi corazón. Decidí dejarlo a juicio de la víctima, Ferdinand, pero me siento aliviado de que él aceptara ocultar el pecado de Letizia. Me alegro de que él no castigara severamente a un niño que no sabía que lo estaban usando.
ESTÁS LEYENDO
Ascendance of a Bookworm couple
FanfictionUna serie de escritos que quizá no tienen nada que ver uno con el otro sobre la serie "Ascendance of a Bookworm" o Honzuki no gekokujou