05. El club de atletismo

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『 capítulo v: EL CLUB DE ATLETISMO 』

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capítulo v: EL CLUB DE ATLETISMO 

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Llevaban más de media hora en silencio y parecía que ninguna de las dos pensaba cambiar aquello.

El vestuario era grande —mucho más que su antiguo vestuario en Italia donde apenas cabían todas juntas—, oscuro y frío. Había varias duchas al fondo, cada una de ellas tapada por finos muros verticales y una larga cortina a modo de puerta para proporcionar intimidad, y amplias taquillas metálicas colgando de una de las paredes de color grisáceo donde cada atleta podía guardar sus pertenencias; bancos de madera sin respaldo completaban un paisaje tan lúgubre como misterioso. El suelo estaba adornado con cuadrangulares baldosas blanquecinas anti resbaladizas para evitar las posibles caídas. Las paredes extremadamente frías no tenían ventanas, por lo que debían conformarse con la amarillenta luz artificial que los alargados fluorescentes incrustados en el techo proporcionaban.

El mismo señor de cara alargada y nombre desconocido que la había llevado hasta la oficina Takeru Danma la había acompañado después hasta los vestuarios, pues las posibilidades de que se perdiera si permitía que fuera sola eran bastante elevadas. Mientras andaban a paso apresurado por los lugares más recónditos de la edificación —pues parecía que todos en Japón iban con prisa constantemente—, Ofelia había intentado aprenderse el camino de memoria, o al menos, fijarse en algún detalle fuera de lo común que la ayudara a orientarse, pero los incontables callejones, los estrechos pasillos y las clonadas puertas le habían dificultado la misión hasta el punto de que estaba segura de que si aquel hombre de aspecto nervioso la dejaba allí mismo, tendría serias dificultades para salir por sí sola.

Sin embargo, mientras sus ojos recorrían con audacia las kilométricas paredes que nunca les habían abandonado, pudo darse cuenta de una cosa: se encontraban bajo tierra, quizá incluso a muchos metros por debajo de esta. Los techos de los lugares comunes, como el de la pista de atletismo o una sala abierta con varios sofás y máquinas de bebidas que había visto una de las veces que habían doblado la esquina, eran extremadamente altos y solo en las cúspides se podían apreciar grandes claraboyas diáfanas que dejaban traspasar la luz natural del astro rey, pero ninguna de las salas ni pasillos que había visto contaba con ventanas y eso solo podía significar que el edifico se encontraba bajo el nivel terrestre.

game over | alice in borderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora