Capítulo 1; Latidos de tu corazón asustado.

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。・CAPÍTULO 1 。・
Latidos de tu corazón asustado
ADERYS

Con rapidez y entusiasmo meto las maletas en el maletero, cierro el maletero con fuerza y troto hasta dónde está mamá sonriente.

-¿Seguras de que no se os olvida nada?-Asiento con la cabeza ante la pregunta de mi madre y cojo a Pelusa, mi gata. Es una gata de raza Persa, tiene el pelaje gris y aunque tiene cara de 'te voy a matar mientras duermes' es muy cariñosa.

Le doy un beso en la mejilla peluda a mi gata, la voy a extrañar mucho.

-Es la quinta vez que preguntas eso, mami-Minerva me quita de los brazos a Pelusa y después de darle una oleada de muchos besos sin parar, la devuelve a los brazos de mamá-Mami nos vamos, te queremos-Mamá nos da un cálido abrazo a cada una y se despide de nosotras con un sólo brazo, pues tiene a Pelusa en el otro.

Mi hermana no es nada parecida a mí, yo por mi parte mido igualita a nuestra abuela, 1,56 aproximadamente, mi pelo es largo hasta la cintura, ondulado como melena de león y de un color castaño claro. Mis ojos son marrones oscuros, bueno, color agujero negro, diría yo. Ella por otro lado es clavada a mi madre, alta, 1,75 exactos, de pelo corto y liso hasta los hombros, de un color rubio cobre. También tiene los ojos marrones, pero a diferencia de mí, los suyos son más claros.

La razón por la que somos tan distintas físicamente es porque a mi padre biológico le urgió ir a por cigarros cuando yo tenía más o menos 7 años, lo que hizo que mi madre se quedara sola y conociera a mi padrastro, el padre biológico de mi hermana. En resumen, misma madre, distinto padre.

-Pasarlo bien-Sonríe mamá, levantando la pata de Pelusa claramente en contra de su voluntad y moviéndosela de lado a lado, simulando que se está despidiendo también-Y tú-Me señala de repente, liberando a Pelusa de su sufrimiento-Como no me respondas a los mensajes...prepárate-Sonríe con esa sonrisa aterradora digna de psiquiátrico, yo en respuesta, sonrío nerviosa.

Minerva y yo entramos al coche, Minerva en el asiento del conductor y yo en el del copiloto. Saco mi brazo por la ventanilla del coche y sacudo mi mano en forma de despedida a mamá, ella hace lo mismo. Minerva arranca el coche y comienza a conducir, yo meto mi brazo y cierro la ventanilla.

-Bueno, hotel con WiFi, piscina y buffet, ahí te voy-Digo con una sonrisa de par en par, mientras acomodo mi cabeza en el asiento para echar una siestecita-Despiértame cuando lleguemos-Miro a Minerva, que asiente mientras trata de poner de apoco música en la radio del coche, pues aún tiene que estar pendiente de la carretera.

Yo cierro los ojos relajada.


( . . . )


Noto como alguien me da palmaditas en el cuerpo, abro los ojos con pesadez y observo a Minerva, que tiene un semblante un tanto preocupado.

-Aderys, tenemos un-Antes de que terminara de acabar la frase yo sonriente y pareciendo que tengo hiperactividad, salgo del coche como un petardo y observo con ilusión el gran hotel en dónde nos vamos a quedar por casi un mes.

Mi sonrisa se borró en menos de un segundo.

Delante de mí no está el gran hotel de cuatro estrellas, está una casa abandonada en mitad del maldito bosque. La casa se ve que es vieja porque a la pintura se le ha ido la humedad, la madera está ya en sus últimas y lo poco que le quedaba de ladrillo y cemento está roto o hecho añicos.

-Iba a decirte que tenemos un problema-Minerva está afuera, a mi lado, con cara de póker.

-Dime por favor que este no es el gran hotel en donde me han estafado-Miro de reojo a mi hermana rezando porque no sea así.

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