𝟷

360 17 3
                                    

JungKook asistiría a una nueva escuela. Una exclusiva para gente con grandes privilegios. Aunque él no hiciera parte de esta clase de personas, fue su inteligencia lo que le ayudo a llegar allí.

Él vivía en otra ciudad junto a sus padres y su primo mayor. No tenían mucho dinero pero tampoco tenían una vida miserable. Solo lo necesario.
JungKook iba a su anterior escuela en la mañana y en la tarde se dedicaba a ayudar en la tienda de sus padres. Le agradaba su vida.

Le faltaban dos años de preparatoria para salir directamente a la universidad, pero su profesor le pidió que presentara una prueba muy rigurosa y arrasó con ese examen.

Fue promovido un año, (si, ahora solamente le faltaba un año de preparatoria) también le otorgaron el derecho de pertenecer a la mejor escuela de su país a terminar sus estudios por medio de un programa de becas estudiantiles y un gran descuento para la universidad que él quisiera escoger. JungKook era muy inteligente y lo supo demostrar. Para fortuna de él y su familia, la escuela a la que ahora pertenecía quedaba a unas escasas horas de su hogar.

...

Ya eran las seis de la mañana y Jungkook estaba despertando en su habitación de estudiante ubicada en la planta trasera de la escuela. Las clases empezaban a las ocho. Ya iniciaría su nueva vida como un chico de bajos recursos en una escuela en la que solamente los bolsos de sus futuras compañeras de clase valían más que su vida.

Se levantó y se dirigió al comedor dónde habían unos trece más que entraron al programa de becados en esa escuela; desayunó y regresó a su cuarto para poder arreglarse.

Tomó camino a la escuela faltando veinticinco minutos para las ocho, llevaba una maleta negra con un par de libros para las clases de ese día, algo con que escribir y en su mano dos hojas que le servirían para ubicarse y entregarle a una secretaria.

Llegó al lugar y apenas puso un pie dentro, se sintió perdido en aquel inmenso lugar. Ya había entrado con los otros chicos nuevos, acompañados de una coordinadora que se encargaba de ellos y para su desgracia, ya no los iba a acompañar en la escuela.

Jeon se limitó a atravesar el pasillo principal, estaba nervioso pero trataba de no demostrarlo. Cuando llegó al siguiente pasillo se dió cuenta de que no era tan llamativo para las personas que habían ahí y eso le calmó. Todos estaban en sus casilleros dejando sus abrigos y saliendo de allí inmediatamente, giraban en direcciones distintas. Se estaba mareando, nunca vió tanta gente ni escuchó tanto el martirioso sonido que producían los tacones que usaban las chicas de allí. Trató de concentrarse. Giró y miró que atrás suyo venía uno de los chicos que conoció cuando pasearon por aquel lugar, se quedó allí esperando a que él se acercara más mientras el pasillo se desocupaba.

-¡Hey! Emm... Hola, Yugyeom- Se sentía escasamente más tranquilo.

-¡Ohh! JungKook, ¿qué aula te corresponde?- Jeon se preguntaba cómo Yugyeom podría estar tan relajado y con cierta chispa de entusiasmo.

-Eh, la C-023. ¿A cuál vas tú?- JungKook le pedía al cielo que no le dejase solo en esa escuela.

Yugyeom estaba buscando en sus hojas de instrucciones el aula que le correspondía.

-¡Uhh! Que suerte, vamos a la misma. C-023... Ehh, la secretaría... queda girando a la izquierda, ¿vamos?- JungKook asintió sonriente y con los ojos emanando felicidad, todo estaba mejor, todo iba bien.

JungKook estaba muy relajado ahora, se dirigían a la oficina de una secretaria para entregarle cada uno, una de las dos hojas que tenían. Yugyeom habló por los dos, entregó las hojas, firmaron otras hojas de registro final y pidieron indicaciones de cómo llegar al aula. La secretaria fue muy amable y les entregó una hoja.

𝙿𝚎𝚛𝚍𝚒𝚍𝚘 𝙴𝚗 𝚃𝚞𝚜 𝚁𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘𝚜 | 𝕋𝕂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora