Epílogo: Peter ¿Stark?

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Se me ocurrió una idea, no la quería poner en su continuación, ya que el enfoque de la siguiente parte será completamente diferente, así que mejor decidí poner esto aquí.

Siempre supe que él me amaba, muy en el fondo, a pesar del dolor que pudiera llegar a sentir, del odio hacía mi "padre", nunca lo iba a admitir.

Cuando lo vi por primera vez, mientras May estaba tendida en el piso sin vida, mi corazón latió a mil por hora, con un odio/amor que no podía describir en su momento.

— Tienes que irte con la señorita Elizabeth, no puedo críar a un mocoso a mi edad — La mujer resonaba mientras jalaba bruscamente al menor

— No May, no quiero irme con ella — Peter lloraba con fuerza, aferrándose a lo que sea, con tal de que no lo sacara de la habitación.

— ¿Creés que existe otra opción? Vas a arruinar mi vida Peter, necesitas un hogar, una familia, algo que yo ni en sueños te puedo dar — En eso se escuchó la puerta sonar, algo que era extraño al ser tan tarde — No tardo mocoso, quédate aquí — Peter lloraba  y en ese momento deseó con todas sus fuerzas que como en los cuentos de hadas, un príncipe viniera a su rescate y se lo llevara lejos de su odiosa tía...

Un disparo sonó por la habitación de enseguida, haciendo que Peter saliera de el cuarto de su tía y se adentrara a la sala, de donde seguramente provenía tal sonido, cual fue su sorpresa al ver un hombre nada feo frente al cuerpo inerte de su ingrata tía, quien tenía planeado venderlo para darse una vida rodeada de lujos, o a lo menos, eso fue lo que Peter escuchó por teléfono antes de que su tía volviera a empacar su ropa.

Peter escuchó la voz del hombre y como si realmente de un milagro se tratará salió de su escondite lleno de miedo y a la vez alegría, él era tal vez, el príncipe que venía a salvarlo...

Anthony Edward Stark, mi verdadero padre, era algo muy loco, pero nada descabellado para mí.

Sus ojos eran tan hermosos, su sonrisa deretia mi corazón desde el primer momento en que lo vi, no me importó su pasado o el futuro, solo deseaba verlo sonreir siempre, a cada minuto, que cada instante de su vida fuera inmensamente feliz, como yo lo era a su lado.

Deseaba que los años pasaran rápido para ya poder ser un adulto y poder declararle mis sentimientos, tal y cómo él lo hacía cada noche, aún recuerdo la timidez que sentía, sus lindos ojos sobre mi cuerpo, era lo más hermoso, la mejor sensación del mundo, el sentirme amado por él era increíble...

— Peter... ¿Estás despierto, pequeño? Creo que no — El mayor hacia pausas como si el niño fuera a contestar en cualquier momento, cosa que no susedio nunca, gracias a que Peter aprendió a fingir muy bien — La comida de hoy te quedó excelente, exquisita, cómo siempre... Eres tan hermoso y tan tierno, desearía besar tus hermosos labios mientras me miras con tus lindos ojos... — Peter se deretía con esa voz y esas palabras, no importa cómo lo tratará durante el día, en la noche, podía descubrir a su verdadero yo, al verdadero Tony Stark, a su príncipe — Perdóname Marry, soy un enfermo, no debería sentirme así, tan atraído por mi pequeño, pero ¿Quién no lo amaría tan solo de verlo? — Stark depositó un tierno beso en la frente del menor, después otro en la mejilla y finalmente... — No puedo hacer esto, no a ti pequeño...

Peter con sus manos, fingiendo estar dormido, abrazó la cabeza de Tony, para así acortar la distancia que había entre ambos y así poder besar sus labios por primera vez.

Te amo — Dijo el menor al alejarse de Tony con una sonrisa en los labios, pudiendo dormir realmente después de haber esperado despierto a Tony por horas.

— Yo te amo mucho más underoos — Fue esa la primera noche en la cual Tony pudo dormir tranquilo, sin pesadillas ni ataques de pánico, solamente estaba en esa cama, él, su pequeño y el gran amor que ambos se tenían, un amor puro, sin maldad, sincero y sin mancha, pero que ambos sabían que estaba jodidamente mal.

No quería compartir a Tony, él era mío, yo estaba tan enfermo cómo él, lo amaba con locura, no soportaría una vida sin él, es por eso que tenía que salvarlo, cómo él me salvó a mí.

Sabía que con May me iría mal, peor que cómo me fue con él, no quería estar lejos de mi héroe, no quería que fuera de nadie más, mucho menos de Harley.

Me aferré a ese sentimiento de amor y dejé atrás el querer un padre, era un enfermo, un loco de amor por él, lo fui hasta el último segundo de mi vida...

Hasta que me alejaron de él...

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