Aquel amor

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Tuve ese amor que una vez soñé, ese que esperaba, lo tuve y no pudo ser.
Ese amor que ninguno era una pieza para reemplazar una que faltaba, ambos estábamos completos.
Tuve ese amor que merezco y se quedó en el tiempo.
Ese amor romántico, trágico, intenso, ese amor que inspira a poetas a buscar las palabras y reflejar lo perfecto.
Lo tuve, así como quería, todo en un ser roto, complejo, pero bello en cada enrredo de su cabello.
Tuve ese amor que no daba lugar a dudas, yo era su obra perfecta, la pieza maestra que amaba y por miedo a dañarla se alejaba, error de él, ya que eso hacía que lo deseara, cada vez....más fuerte.
Realmente nunca pasó por mi mente que alguien tan pequeño, invisible, pudiera despertar en mi un universo, uno al que vuelo cada vez que puedo.
Me refugio en aquel amor añejo porque fue sincero, fue mío, entero, sin rastros de pasado, de esos que soy yo la que no se olvida, la autora de lo que no es suficiente, era yo su mundo, y eso era lo que egoístamente quería del amor, por eso la superación fue un trago amargo.
Porque dejar a alguien que realmente nos ama pero a la vez puede destruirnos nos pone en el filo de la incertidumbre, lo real con lo que hubiese sido, vivir con remordimiento, esperar la superación, y por supuesto un milagro.

Porque dejar a alguien que realmente nos ama pero a la vez puede destruirnos nos pone en el filo de la incertidumbre, lo real con lo que hubiese sido, vivir con remordimiento, esperar la superación, y por supuesto un milagro

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Líneas del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora