¡Amar a una mujer, sentir su aliento, y escuchar a su lado lo dulce y armonioso de su acento; tener su boca a nuestra boca unida y su cuello en el nuestro reclinado, es el placer más grato de la vida, el goce más profundo que puede disfrutarse sobre el mundo!
Manuel Acuña
Debo fingir que hay otros. Es mentira. Sólo tú eres. Mi desventura y mi ventura, inagotable y pura.
Jorge Luis Borges