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Noticias de alrededor del mundo comenzaron a informar sobre las armas secretas de cada país, sabían que tanto Rusia como EEUU estaban trabajando en algo pero no sabían el qué.

Moscú, Rusia

El creador de 606, Lukyam, estaba en su casa tranquilamente viendo las noticias de su país.

—El aclamado doctor Lukyam ha creado un arma secreta y asegura que con ella puede acabar con Estados Unidos en cuestión de segundos; a todo esto, Estados Unidos no se ha quedado corto y aseguran haber creado otra potencial arma para acabar con Rusia. ¿Es este el comienzo de una segunda guerra fría? ¿De una Tercera Guerra Mundial? No lo sabemos, y eso es precisamente lo que más nos asusta. Seguiremos informando.—Lukyam apagó la televisión y sonrió a la nada. Tomó un vaso de chupito y lo llenó con vodka, acto seguido se lo bebió como si de agua se tratase.

—¿Esas noticias hablan de mí?—Preguntó _____, saliendo de su habitación.

—Sí, estás en boca de todo el mundo. Literalmente.

—Oh... Me siento halagada.—Se sentó al lado de Lukyam. La muchacha comenzó a analizar con cautela el salón y vio dos fotos que le llamaron la atención.

—¿Qué es lo que observas?—Preguntó Lukyam, al percatarse de que su querido proyecto estaba observando dos fotos.

—¿Quién es esa mujer que se encuentra con usted?—Preguntó la muchacha con bastante curiosidad.

—Oh...—Lukyam se levantó y cogió la foto. Era él con una mujer castaña de brillantes ojos esmeralda.—Era mi mujer.—Sonrió.—Te hice de esa manera para que te parecieras a nuestra futura hija.

—No lo comprendo...¿vuestra futura hija?—Él sonrió nostálgico.

—Sí... Ella estaba embarazada, pero un día al coger el coche tuvo un accidente y falleció.

—Oh... Lo siento mucho, Lukyam.—El hombre dejó la foto en el mismo lugar y cogió la otra

—¿Esta también te interesa?—La chica asintió.

—¿Quién es ese hombre? No parece de aquí.

—Era mi mejor amigo de la universidad, pero nuestras grandes notas y éxitos nos convirtió en rivales. Él es el que lleva el gran proyecto de Estados Unidos.

—¿Cuál era su nombre?

—Kayn.—Dijo con una sonrisa melancólica.

—Kayn...¿Quieres que acabe con su vida?

—No hace falta, no es necesario. Si él te ataca y ves que debes matarlo, hazlo.

—Entendido.

—Bueno, _____, es hora de ir a dormir. Mañana tenemos una importante reunión con un par de famosos hackers del país, les hemos pagado mucho dinero para que cooperen.

—¿Unos hackers? Uhm... Interesante.

Ambos se dirigieron a sus respectivas habitaciones para descansar.

Los rayos de luz atravesaron las ventanas de la habitación de _____, haciendo que se despertara.

—Cinco minutitos más, por favor.—Giró su cara para que el sol no le diera. Escuchó una risa y sabía que provenía de su creador.

—No sabía que había creado a una perezosa.—Dijo moviendo la cuchara en su taza de café.—Anda, levanta o llegaremos tarde. Tienes el desayuno en la cocina.—Dicho esto se retiró.

—Uff...—Con mucha pesadez, ______ se levantó de la cama y se dirigió a la cocina a por su ansiado desayuno. Se lo comió y se arregló para ir a la reunión.

Un coche negro vino a recogerlos y los llevó a un local en las afueras de la ciudad. A los ojos de Lukyam era un antro de críos, pero a los ojos de _____ era un lugar acogedor donde pasar el rato con gente de su edad.

En una mesa al fondo de todo se hallaban dos personas bastante serias y frívolas. Un hombre alto, de cabellos azabaches y ojos grises; a su lado se encontraba una señorita de cabellos cortos y de ojos castaños. Lukyam y _____ se sentaron con ellos.

—¿Qué tenéis?—Preguntó el rubio.

El hombre de cabellos negros les mostró su ordenador y la información que contenía sobre el proyecto 707. Lukyam lo leyó y lo observó detenidamente.

—Está conseguida, parece una persona y todo.—Dijo la mujer.

—Lo es.—Dijo Lukyam.—Menudo hijo de perra...—Susurró.

—¿Qué sucede?—Preguntó _____.

—Su arma secreta es como tú, _____.—La chica abrió la boca.—¿Cómo yo?

—Sí. ¿Cómo lo hacemos para destruirlos antes que ellos a nosotros?—Preguntó el rubio, se encontraba en shock.

—Tenemos que colarla en el FBI. Si consigue cosas allí nos pueden ser bastante útiles para acabar con ellos desde dentro. Comenzaríamos sacando información, esa información obviamente la usaríamos en su contra.—Dijo el hombre de cabellos azabaches.

—¿No podéis conseguir esa información por ordenador?—Preguntó Lukyam.

—No, tiene sus ciertos límites. Hay cosas que se encuentran en archivos físicos, por ejemplo.—Dijo _____.

—Exacto. Si la colamos podemos conseguir información confidencial... Y si hace contactos podríamos dar con el proyecto 707 y destruirlo.

Todos se quedaron en silencio, pensando.

—¿Cómo me vais a colar?

—Te crearemos una identidad falsa, nos costará un poco pero será fácil. Ya dentro, es cosa tuya.—Dijo la chica.

—Comprendo...Uhm...¿Cómo os llamáis?

—No solemos dar nuestros nombres a nadie, llámanos Alfa y Beta.

—¿Alfa y Beta? Os queda bien.—Dijo _____ con una sonrisa que no fue devuelta.

—Gracias, supongo.—Dijo Alfa, el chico.

—¿Cuándo tendrían la identidad falsa?—Preguntó Lukyam.

—Pronto, aunque la identidad de agente del FBI es muy difícil de falsificar. Yo haría que fuese a las prácticas y que las haga. La cogerán porque es una súper humana, así que no nos tendríamos que preocupar.

—¿Pero no has dicho antes que era complicado pero al fin y al cabo era fácil?

—Uhm, me lo he pensado mejor y creo que es más fácil de esta manera. Confía en nosotros.—Lukyam dudoso, asintió.

—Bien, cuando tengan la identidad falsa nos volveremos a reunir.

—De acuerdo. Un placer hacer negocios con... ustedes.—Dijo Alfa, apretando la mano de Lukyam.

—Lo mismo digo.

Proyectos 707 y 606Donde viven las historias. Descúbrelo ahora