Recuerdame (2ª temporada "La Cenicienta)

(5) Hey! contesta

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9 días después...

Narra Vanessa:

Hoy Brad, hará una fiesta en su casa,casi todo el mundo está invitado.

Diego no me ha llamado hace más de 1 semana, bueno, pero no era de esperar una llamada de un chico con el que solo se han visto dos veces en toda una vida.

Mi madre ha salido con Robert para comprar nosé que cosa.

Tomé mi celular para llamar a Diego.

Buzón de voz.

¿Que pasa?, ¿porqué no contesta?

Volví a marcar.

Buzón de voz.

¿Que pasa?

Ignorando el teléfono, fui a la habitación de Sara.

Estaba a cargo de Troy. Sara y Erick fueron a comprar cosas para el pequeño.

En teoría estaba sola.

Me acerqué a Troy y lo tomé en mis brazos.

- Hola Troy- dije en un tono bastante estúpido.

Troy tocaba el tatuaje que tenìa en mi brazo.

- Es una mandala- le decía, obiamente no me pesco, es obvio, era un bebé.

El solo sonreía.

- Mmh... cosita rica- le tocaba su estómago haciendo que se riera.

Mi celular comenzó a sonar.

Acomodé a Troy en mis brazos y fui a buscar mi celular.

Vi el nombre en la pantalla de mi samsung, Brad.

-¿Que tal Brad?-

- Hola preciosa ¿lista para la noche?-

- Si, voi a llamar a Carol y a Yuliana- [apareció Carol *0*]

- Que rico... ¿Te paso a buscar?

- No, no, no es necesario-

- Bien te espero pequeña.

- Okay adiós...-corté.

Troy trataba de quitarme el celular.

Yo, como buena tía, solo se lo entregé para que jugara.

Cosita rica.

       (En la noche)

- Ya chicas, ¿que vestido nos pondremos?- pregunta Carol.

- Yo me pondré el vestido Morado que me trajieron de Irlanda- dice Yuliana.

- Yo, mi traje azul que me regaló Brad para mi cumpleaños- dije sonriénte.

- Ajá, aquí huele a amor- dice Carol.

- Callense y vallamos a vestirnos vamos a llegar tarde- asintieron y nos fuimos a cambiar.

(10 mimutos después)

- Wow Vanessa te ves preciosa- dice Yuliana.

- Gracias, ¿nos vamos?- agarramos nuestras carteras y partimos a la fiesta.

Una vez afuera comenzamos a caminar.

- No pensé que hacia tanto frío- se queja Carol.

- Ah, no empieses, queda una cuadra, aguanta- le dijo Yuliana.

- Bien, siempre digna- se animaba.

Una calle faltaba para llegar y la música la escuchabamos tan fuerte como si estuvieramos al lado.